La Puerta de Bisagra de Toledo
La Puerta Nueva de Bisagra de Toledo es uno de los monumentos más señeros de la ciudad, y en realidad en ella queda resumida gran parte de la historia de este histórico núcleo del centro de España.
La puerta que hoy se ve tiene dos fases de construcción. La primera en tiempos de la ocupación musulmana de esta ciudad castellana. Mientras que la más evidente en la actualidad ya sería obra del siglo XVI, cuando fue remodelada por el arquitecto Alonso de Covarrubias, autor de diferentes monumentos, entre ellos el imponente Alcázar de Toledo.
La Puerta Nueva de Bisagra, tuvo un precedente que todavía se conserva en las inmediaciones y también situada en las murallas toledanas, es la conocida como Puerta de Alfonso VI o Puerta Antigua de Bisagra. De hecho, la denominación de Bisagra proviene de sus orígenes árabes, ya que entonces su nombre en la lengua musulmana se traduciría como “puerta de la sagra”. Pero la que aquí nos ocupa, la Nueva, es mucho más monumental. De hecho, se trata de una puerta con un carácter mucho más ornamental que defensivo.
La zona de la puerta que da hacia el interior del casco histórico de la ciudad, es la correspondiente a la fase musulmana de construcción. Ahí vemos, dos cuerpos independientes con altos muros almenados. Y el acceso al núcleo urbano es mediante un arco de medio punto flanqueado por dos torreones de sección cuadrada, cuyo remate es con sendos tejados a cuatro aguas. Y sobre el arco se sitúa un escudo de época posterior, ya que se trata de un escudo del emperador Carlos I.
Mientras que la zona de la Puerta de Bisagra que da hacia el exterior de la ciudad, pertenece íntegramente a la reforma efectuada siglos después por Alonso de Covarrubias. Ahí se ve una construcción propia de su tiempo, es decir mucho más renacentista, practicada a partir de grandes sillares de piedra almohadillados. Y los torreones aquí son de planta circular, con almenas en su parte alta. Estos torreones flanquean el acceso, que también se practica por medio de un gran arco de medio punto, sobre el que se ubica un enorme escudo del siglo XVI, donde se ve el águila bicéfala propio de la ciudad de Toledo como capital imperial, tal y como era en aquellos tiempos.
Y uniendo ambas puertas, la interior y la exterior, se halla un pequeño patio interior, un patio de armas, lo que todavía hace más hincapié en el carácter decorativo de esta enorme portalón de entrada a la ciudad antigua.