Las “Setas” de Sevilla
En realidad el nombre oficial de este edificio es Metropol Parasol, y es una obra proyectada por el arquitecto alemán Jürgen Mayer en el año 2006 y que cuenta con diversos premios muy prestigiosos dentro del panorama de la arquitectura contemporánea. Sin embargo, debido a su aspecto recordando a las setas del monte y el carácter siempre ingenioso de los habitantes de Sevilla, de una manera popular se les denomina Las Setas.
Para comprender la historia de esta edificación hay que trasladarse atrás en el tiempo, y es que en este solar se levantó el Mercado de la Encarnación, el primero de abastos que hubo en la capital andaluza. El cual a su vez se construyó sobre un antiguo convento agustino de la Encarnación, de ahí su nombre.
El caso es que esa importante zona comercial permaneció mucho tiempo en uno, hasta que en el último cuarto del siglo XX fue demolido. Desde entonces, la zona fue cayendo en una degradación progresiva pese a encontrarse en un área céntrica de Sevilla. Sin embargo desde 2004 se planteó la recuperación de ese espacio y se convocó un concurso internacional de ideas, en el que finalmente venció la propuesta de Mayer.
No lo tuvo fácil, ya que se presentaron más de 60 propuestas, pero el jurado supo valorar la gran imbricación del proyecto alemán con la cultura y el modo de ser sevillano. De hecho, Jürgen Mayer inventó esta peculiar forma basándose en las bóvedas de la Catedral de Santa María de la Sede y de los grandes ficus centenarios que hay en la cercana plaza de San Pedro.
Por otra parte, también recuperaba el espíritu de mercado del lugar y la forma de su cubierta igualmente se puede vincular con los típicos toldos que protegen del intenso sol de Andalucía durante los meses más calurosos del año. Esa cubierta, la más grande construida con madera en el mundo era el gran reto. Tiene una altura de casi 30 metros y una superficie de 150 x 70 metros. Todo ello construido a partir de unas 3.500 piezas de madera microlaminada de pino.
El uso de la madera tiene que ver con el espíritu de sostenibilidad que también inspiró todo el proyecto. De hecho, por cada árbol que se empleó para la obra, se plantaron otros tres en los mismos bosques de donde se extrajo esa madera. Cuando se concluyeron las obras del Metropol Parasol se le reconoció con una de las principales construcciones sostenibles de ese año y después no dejó de recibir reconocimientos.
Entre esos reconocimientos también es muy importante el de la ciudadanía sevillana que ya lo ha asimilado en la vida cotidiana de la ciudad y se ha convertido en una de las zonas comerciales y de ocio más importantes para ellos. Además de que igualmente es una muestra de la arquitectura actual que se está realizando en una ciudad con tanto patrimonio histórico y artístico.