Leon Battista Alberti, arquitecto y teórico
A veces el gran conjunto de la arquitectura renacentista queda resumida en figura de Filippo Brunelleschi, y sobre todo a su gran obra la cúpula de la Catedral de Santa María de las Flores de Florencia. Sin embargo, durante el Renacimiento se construyeron un sinfín de obras de enorme interés, e incluso el propio Brunelleschi tiene otras obras maestras como el Hospital de los Inocentes o la Capilla Pazzi.
Pero además de este arquitecto, también es innegable que hubo otro que fue un tremendo renovador de esta disciplina artística. Hablamos de Leon Battista Alberti (1404 – 1472). Aunque lamentablemente para su paso a la posteridad, lo cierto es que no hizo sus grandes obras en una ciudad como Florencia, tal y como si ocurre con la producción de Brunelleschi. Y es que las grandes creaciones de Alberti están más dispersas como la iglesia de San Andrés en Mantua o el Templo de Malatesta en Rimini.
No obstante, la creatividad de Alberti fue más allá de las obras que ejecutó. Sobre todo fue un personaje muy bien relacionado, tanto con las altas esferas como con otros artistas, y de todo ello extrajo sus experiencias y supo volcarlas en diversas obras teóricas. Y como personaje típico del Renacimiento que fue, en esas teorías no solo se dedicó a hablar de la arquitectura, el arte que en principio más conocía. También dedicó muchas páginas a otras disciplinas.
Por ejemplo, escribió De pictura. En la que por su título ya podemos imaginar que reflexiona sobre la pintura, pero también lo hace mucho sobre la literatura, y en general sobre el papel intelectual que cumplen las artes en la sociedad.
Otro de sus escritos fue De Statua. Una obra más filosófica que práctica sobre la escultura, y que realmente fue muy influyente en creadores de una generación posterior, como es el caso de Miguel Ángel.
Y por supuesto también redactó su propio manual de arquitectura, De re aedificatoria. Un corpus en el que reúne todas sus experiencias en este campo y sus reflexiones sobre este arte. Un libro en el que se manifiesta su amplio conocimiento de la arquitectura clásica, y en especial de los tratados Vitrubio escritos en época imperial y que también conocieron otros artistas renacentistas.
De hecho, esta secuencia en la temática de sus obras corre en paralelo a su propia experiencia, ya que él llegó a la arquitectura después de pasar por las letras, las artes visuales y la teoría. Por eso su arquitectura es fruto de todo ese trabajo, y con ella consigue demostrar todas sus teorías.
Y sobre todo fue un integrador de todas las artes y artesanías, ya que otro de sus méritos fue conocer en profundidad todos los oficios que intervenían en el proceso de construcción. De todo ello se desprende que pocos edificios del Renacimiento y de la historia sean tan armónicos como los de Alberti.