Mezquita de Djingareyber de Tombuctú
En Mali, un país musulmán en una de las zonas más áridas del planeta como es el Sahel, hay diferentes ejemplos de arquitectura islámica excepcionales y únicamente concebibles en ese país y en ese entorno histórico y natural. Un ejemplo sería la Gran Mezquita de Djeneé, pero otros fascinantes serían los templos de Tombuctú, donde por cierto también están construidas en adobe de barro.
Al fin y al cabo, Tombuctú, famosa por estar en las rutas caravaneras y comerciales que recorrían el Sáhara, también fue la capital espiritual e intelectual del continente africano, sobre todo desde el siglo XIV al XVI.
Ejemplo de ello es la mezquita de Djingareyber, que junto con las de Sankore y la de Sidi Yahya, son los grandes templos de la urbe y que recuerdan su pasado más esplendoroso. De hecho, la universidad asociada a la mezquita de Sankore fue una de las primeras del mundo y la principal escuela coránica de África. Y allí hubo una impresionante biblioteca con manuscritos y copias que iban desde los textos religiosos de variados orígenes como la Grecia clásica o Al-Andalus.
Incluso se tiene constancia de que la mezquita de Djingareyber fue construida siguiendo los diseños creados por un arquitecto de originario de la Granada nazarí, el cual había emigrado hasta este país en el siglo XIV. Este personaje honrado aún hoy en día con el nombre de “el andalusí” fue tomado por un hombre santo y fue el encargado de proyectar una mueva mezquita de Djingareyber.
En ese mismo emplazamiento habría un templo anterior, pero con la llegada del andalusí Abu Had Es-Saheli y con el patrocinio en 1325 del sultán Kankan Mouss, ambos regresados de una peregrinación a La Meca, se emprendió la construcción de esta que se iba a convertir en la Gran Mezquita de Tombuctú.
Si bien posteriormente, ya en las últimas décadas del siglo XVI el conjunto se iba a ampliar, ya que se añadió toda su parte sur y el muro que le da apariencia de muralla.
Se trata de una mezquita que cuenta con tres patios interior, y que tiene un minarete. Gran parte de ella está construida con adobes de barro, recubiertos a su vez por otra capa protectora de barro. Si bien es cierto, que a diferencia de otras zonas de Mali, aquí también se empleó piedra, sobre todo en su parte norte. Pero en lo referente a su construcción con adobes de barro, se usó un sistema idéntico al de la famosa Gran Mezquita de Djeneé.
Por esa razón también tienen en común la presencia de troncos de madera para armar el barro, evitar que se resquebraje y al mismo tiempo crear salientes horizontales que sirvan de andamios para reparaciones. Unas reparaciones que en este tipo de construcciones son constantes. Y en el caso de la mezquita de Tombuctú participa toda la población puntualmente y por supuesto de forma gratuita.
Con este modo de construir puede parecer un milagro, pero esta construcción se ha mantenido original durante siglos, si bien es cierto que en 2006 fue necesario acometer una profunda restauración en el inmueble