Numancia
En las cercanías de la ciudad española de Soria se encuentran los restos del yacimiento arqueológico de Numancia, los cuales son todo un símbolo de la resistencia de la población indígena íbera a la invasión que llevaron a cabo las tropas de Roma en la Península Ibérica.
A su vez, muy próximos a Numancia están los vestigios de los campamentos militares romanos que asediaron la ciudad. El más antiguo de todos ellos es el que se conoce como Campamento de la Gran Atalaya. En esos restos arqueológicos se superponen rastros de lo que fueron cinco campamentos diferentes que se instalaron ahí entre los años 195 y 130 antes de Cristo.
De esos cinco, los dos más antiguos tan apenas pueden ser estudiados por el mal estado de sus restos, ya que sobre ellos, precisamente se fueron construyendo los campamentos posteriores. En cambio es mucho mejor el estado de conservación de los otros tres siguientes, especialmente del tercero de ellos, del cual se sabe que estuvo a las órdenes del cónsul Nobilior, allá por el año 153 antes de Cristo.
Entre la trama urbana que ha llegado hasta nuestros días se pueden distinguir sus tres calles más importantes, conocidas como Via Principalis, con una orientación que va de norte a sur, y la Via Quintana que discurre en paralelo a la anterior, pero de menor longitud, ya que es adyacente a ella el Decumanus Maximus.
Los edificios más importantes del asentamiento se situaban en su zona norte, y en el extremo oriental donde se ha podido identificar lo que fue el cuartel general del cónsul Nobilior, un edificio conocido con el nombre de praetorium.
También los investigadores han sacado a la luz lo que fue la plaza de armas del campamento, que a efectos prácticos cumplían con las mismas funciones que los foros en las poblaciones de origen romano.
Otro de los edificios identificados es el quaestorum, es decir, donde residía el quaestor cuyo cometido era encargarse de la intendencia y administrarla para el resto de los habitantes del campamento, razón por la cual su vivienda se encuentra muy próxima a los edificios que sirvieron como almacenes de aprovisionamiento.
Mientras que en el lado sur del campamento militar se encontraban ubicados otros edificios dedicados a funciones administrativas, así como también estaban las residencias de los oficiales de más alto rango, principalmente aquellos con el título de tribunos y prefectos. Y aún más al sur estaban los alojamientos para el resto de la tropa, unos alojamientos que algunos casos se sitúan incluso más allá de la murallas del asentamiento, lo que ha servido para que los arqueólogos especulen con que quizás ahí residían las tropas aliadas hispanas.