Palais Bulles en Cannes
Queremos hablar hoy de una construcción que nos muestra la versión más hedonista e imaginativa de la arquitectura contemporánea. Nos referimos al Palais Bulles ubicado en la localidad de Theole-sur-mer cerca de la ciudad de Cannes. Una construcción dominada por las líneas curvas y cuyo nombre traducido al español ya nos habla de su aspecto: Palacio de las Burbujas. Por eso no ha de extrañar que los críticos la hayan denominado como casa escultórica.
Fue una obra del arquitecto húngaro Antti Lovag y su construcción se llevó a cabo entre los años 1975 y 1989, originalmente por encargo de un industrial de Francia. Si bien fue mucho más famoso su segundo propietario, el diseñador de moda Pierre Cardin. El cual la adquirió y recordó que en su diseños las formas curvas siempre había sido claves y que incluso una de sus creaciones más emblemáticas había sido el Bubble Dress que concibió en los años 50 del pasado siglo XX.
En su conjunto la construcción se extiende a lo largo de 1.200 metros cuadrados y se compone de un alto número de módulos en forma de burbujas de distintos tamaños. Unos módulos integrados en el verde de los pinos típicos de esta zona de la Riviera francesa, así como también tienen como nexo común diferentes piscinas y cascadas de agua.
Es un experimento de diseño en la construcción de primer orden. Pero además de eso, luego otros arquitectos diseñadores de interiores se han dedicado a la decoración de sus estancias, en las que todos los elementos del mobiliario y complementos vuelven a jugar con las formas curvas y esféricas.
Todo son óvalos y círculos desde una cama hasta los amplios ventanales. Y otro rasgo identificativo es el color. Domina el rosa con el que se ha pintado al exterior toda su “fachada” de terracota. Pero ese mismo tono puede inundar el interior en ocasiones. O se usan los tonos completamente opuestos, por ejemplo, la pintura azul bastante fuerte.
Es una arquitectura muy orgánica, integrada a la vez que llamativa en esa colina llena de pinos y frente al mar Mediterráneo. Allí se dispone, se extiendo una compleja red de burbujas que acaban por conformar un conjunto de una decena de dormitorios, un gran salón panorámico o un anfiteatro frente al mar. Sin duda, su creador pensó en un lugar para el disfrute y acorde con el glamur de su emplazamiento, la Costa Azul lugar de vacaciones habitual de muchas celebridades europeas. Por eso no es raro que esta propiedad en la actualidad sea uno de los inmuebles más caros de todo el Viejo Continente.