Casa Curutchet
En algunas ocasiones los arquitectos tienen que plantearse retos que a priori parecen hacer de la construcción un imposible, sobre todo cuando a los problemas constructivos, ya dificultosos de por sí, se unen limitaciones en cuanto al terreno o a la distribución del mismo. En este sentido la obra de Le Corbusier debe ser doblemente admirada ya que no sólo el arquitecto supo superar las dificultades que se plantearon en la construcción de esta vivienda unifamiliar sino que además, logró plasmar en ella cada uno de los puntos que sirven de base para sostener su concepción arquitectónica.
Charles-Édouard Jeanneret-Gris conocido en realidad como Le Corbusier (1887 – 1965) fue uno de los más reconocidos arquitectos de la época moderna, aunque también trabajó como interiorista y decorador o teórico del arte. Le Corbusier no solamente diseñó un sinfín de obras que en realidad, nunca llegaron a ver la luz sino que fue consecuente con su pensamiento artístico de modo que todo aquello que teorizaba acababa plasmándolo en sus construcciones.
La Casa Curutchet fue una gran hazaña constructiva ya que el arquitecto había pensado en diversas ocasiones realizar una obra en America Latina, aunque este proyecto siempre se había cancelado por una u otras razones. El arquitecto se puso en contacto con Amancio Williams para quien en un principio estaba realizando el diseño de la Casa Curutchet. Sin embargo cuando el científico Pedro Domingo Curutchet le encargó una casa al suizo éste readaptó los diseños de la casa que iba a ser para Williams.
La casa se levantó entre los años 1949 y 1953 y en la actualidad es el Colegio de Arquitectos de Río de la Plata aunque se alquila durante algunas temporadas a los familiares de Curutchet. En la construcción se aprecian los cinco principios básicos sobre los que Le Corbusier planteó la mayoría de sus obras:
El uso de pilotis, una conjunción de pilares y hormigón, para levantar la parte superior de la vivienda y así también lograr una planta libre y dinámica en la construcción. La terraza con jardín incluido ya que el arquitecto pensaba que el terreno natural que ocupaba la vivienda debía ser devuelto a la madre naturaleza en forma de jardín. El uso de ventanales rectangulares que al igual que ocurría en la planta lograban que los muros, incluso los de carga, tuviesen mayor libertad. También la fachada de la casa es libre con el retranqueamiento de los pilares.