Casa Wiehl de Praga
Esta obra se encuentra en la espectacular plaza de Wenceslao de Praga y es la más emblemática del arquitecto Antonín Wiehl, verdadero artífice del estilo neorrenacentista en la República Checa. De hecho, fue un trabajo que hizo entre 1895 y 1896 para que se convirtiera en su vivienda particular, de manera que todo lo que hay es de su gusto, sin que tuviera que tener en cuenta la opinión de ningún encargante o propietario. Si bien hoy en día ya no es una vivienda privada, sino que se ha transformado en la sede de la Biblioteca Academia.
El edificio está articulado en cuatro plantas, bien marcadas en la fachada, donde se distinguen ritmos muy variados debido a la presencia de diversas aberturas así como distintas cornisas. Un buen ejemplo de esa variedad es la pareja de ventanas geminadas con columnas, en una clara alusión a la arquitectura del Renacimiento italiano, y más concretamente de la región de Lombardía, al norte del país trasalpino.
Por otra parte el dinamismo de la fachada y su estética se ve multiplicada por sus superficies ricamente decoradas con esgrafiados entre los que se distinguen diversos personajes de la historia checa, así como otros elementos de su tradición. Estos esgrafiados se basaron en unos bocetos y dibujos previos de dos artistas locales Josef Fanta y Mikulas Ales.
Sin duda los esgrafiados en las fachadas de edificios son algo ya presente en la arquitectura histórica de la propia ciudad de Praga, como es el caso del edificio Schwarzenberg Lobkowitz del siglo XVI. Pero también es cierto que es un recurso ornamental y arquitectónico heredado de la arquitectura del Renacimiento del norte de Italia, de lugares como Milán. E incluso de sitios como Verona, donde hay que recordar la presencia de las Casas Mazzanti, cuyas fachadas no solo tienen esgrafiados, sino que están completamente pintadas.
No obstante, en el arte de Praga de finales del siglo XIX y XX no se dan únicamente influencias venidas del sur. También se tienen en cuanta otras provenientes de países del norte, por eso hay distintos elementos que recuerdan motivos decorativos más nórdicos.
En definitiva, la Casa Wiehl es uno de los mejores exponentes del animado neorrenacimiento checo, el cual se distingue claramente de los otros dos estilos constructivos presentes en Praga por esos mismos años. Nos referimos al estilo Secese y el llamado rondocubismo, los cuales también son visibles muy cerca de la que fuera la vivienda de A. Wiehl, en edificios de la propia plaza de Wenceslao y en sus inmediaciones. Unas construcciones de las que os hablaremos en alguna otra ocasión.