Casa Ocho Quebradas
Esta casa es una de las obras de Alejandro Aravena, dentro del equipo que forma el estudio Elemental y que le han hecho merecedor a este arquitecto del Premio Pritzker en 2016, la máxima distinción en el mundo de la arquitectura.
La vivienda es capaz de integrarse en el duro paisaje de acantilados que ocupa, en la costa de los Vilos, de la región de Coquimbo, en Chile. Pero al mismo tiempo por sus líneas rectas, su volumen y su material constructivo destaca poderosamente en ese paisaje. Irradia lo primitivo de esos parajes y la modernidad de una obra del siglo XXI, de hecho se realizó en 2014.
La construcción en sí son tres volúmenes distintos. Una torre vertical destinada a dormitorios y baños. Y otra plataforma horizontal que es el espacio de estar, de vida. Mientras que entre ambos hay una torre algo inclinada que en realidad es hueca, es la fuente de luz para un patio interno y también chimenea para el fuego que se puede encender en ese patio, que dentro es acristalado. En total hay un espacio de casi 300 metros cuadrados habitables.
Esa idea del fuego dentro de la casa es parte de la idea de arquitectura arcaica y primitiva que el equipo de arquitectos quiso plasmar. Y con el mismo espíritu se plantea ese aspecto de enormes monolitos, si bien dominados por los ángulos rectos.
También a ello ayuda que toda la estructura constructiva sea a base de hormigón, visto y sin apenas tratar, de hecho en muchas partes es visible la huella del encofrado. Y si ahora ya tiene un aspecto como viejo, la idea de los arquitectos es que el paso del tiempo y la climatología todavía lo envejezca más, y esas huellas queden visibles en su coloración y en su textura. Casi como si fuera una piedra y la naturaleza siguiera su curso en ella.
Tiene algo de arquitectura escultórica y también de escenografía ya que tanto su forma como su ubicación están muy vinculadas con el entorno. Hay como una parte trasera de la edificación en la que no hay ventanas, y todo quiere parecer unas gigantescas rocas del paisaje. Mientras que la parte delantera todo se abre con las vistas hacia esa parte de la costa del océano Pacífico.
En realidad, la obra forma parte de un proyecto más ambicioso denominado Ochoalcubo, considerada un gran laboratorio arquitectónico, donde el empresario Eduardo Godoy ha encargado 16 proyectos de casa distintas en una amplia superficie de terreno. 16 proyectos a otros tantos arquitectos, la mitad chilenos y la otra mitad de origen japonés.