Home Insurance Building de Chicago
Esta construcción, hoy en día desaparecida, está considerada como el primer rascacielos de la historia. Es cierto que tan solo contaba con 10 plantas y 42 metros de altura. Aunque cinco años después se recreció hasta las 12 alturas. Sin embargo esas dimensiones nos pueden parecer pequeñas en la actualidad, porque para qué una edificación tiene que superar los 30 pisos para ser considerado rascacielos.
Pero hay que tener en cuenta que el Home Insurance Building de Chicago se construyó en 1885, y sin esta construcción sería improbable que luego se hubieran levantado gigantes como el mítico Empire State Building de la isla de Manhattan o las atractivas Torres Willis en la propia ciudad de Chicago.
La obra siguió el proyecto del arquitecto William Le Baron Jenney, el cual junto a Louis Sullivan son dos de las eminencias de la conocida como Escuela de Chicago, donde se levantaron edificios tan emblemáticos como los Almacenes Carson. Un tipo de construcción muy ligada al momento histórico y tecnológico que se estaba viviendo. Un periodo de aumento demográfico, donde el suelo de las ciudades se estaba convirtiendo en un bien carísimo. A la vez se iba descubriendo interesantes propiedades de materiales como el trabajo y aparecieron inventos como el ascensor. En este contexto hay que ubicar este tipo de arquitectura tan novedosa.
El gran mérito del Home Insurance Building es que se construyó usando acero estructural. Ese fue el auténtico hito en la arquitectura, porque hay que tener en cuenta que cuando se levantó este inmueble ni siquiera era la construcción más alta de Chicago, pero el empleo de ese material es lo que le hizo diferente e innovador. Si bien se combinó con el empleo de hierro forjado y también fundió. Mientras que para su aspecto exterior se recurrió al ladrillo y grandes cristaleras, lo que dio origen a la moda de “Chicago Windows”.
El arquitecto contó que para su fachada se inspiró en la forma de una columna clásica. No respecto a su forma cilíndrica, ya que estamos ante una construcción de planta rectangular, sino en cuanto a su división en tres partes. Y es que a lo largo de la fachada podemos hacer una asimilación con lo que son la basa, el fuste y el capitel de una columna, de hecho las cornisas al igual que los capiteles es la parte más ornamentada. Mientras que sus dos plantas más bajas emplean piedra almohadillada, lo que le da la idea de base y de robustez. La cual se suaviza mucho en los pisos siguientes, con ese juego reticulado de ladrillos y numerosas ventanas.
Una auténtica joya arquitectónica, lo que no impidió que fuera demolido en 1931.