Rookery Building
El gran incendio de Chicago fue uno de los mayores desastres acaecidos a lo largo del siglo XIX, durante tres noches y tres días consecutivos ardieron unos seis kilómetros cuadrados de la que se estaba consagrando como una de las ciudades más prolíferas de América sin embargo, esta catástrofe en la que perdieron la vida cientos de personas fue a su vez un punto de inflexión en la historia de la arquitectura. La reconstrucción de la ciudad dio lugar a nuevas formas arquitectónicas en las que los arquitectos del momento se asociaban entre sí para dar lugar a las construcciones más altas conocidas hasta entonces combinando tanto los nuevos materiales de construcción como una estética funcional que abarcaba un gran abanico de posibilidades.
De esta manera, encontramos ubicado en el 209 South La Salle Street en el Loop de Chicago el Roockery Building, un edificio que supera los cincuenta metros de altura y tiene doce plantas; a día de hoy la famosa construcción llevada a cabo por los arquitectos John Wellborn Root y Daniel Burnham en su asociación como Burnham & Root, está considerado el rascacielos más antiguo de la ciudad y una de las joyas arquitectónicas de la Escuela de Chicago.
Su nombre se debe a que tras el incendio de Chicago la parcela que hoy ocupa el rascacielos fue utilizada como ayuntamiento en funciones, en su interior y debido a los desperfectos habitaban cuervos y palomas por lo que el anterior edificio se ganó el apodo de rookery que vendría a significar “colonia de grajos”; la idea también hacía alusión a las ineficiencias y a las corrupciones políticas que allí se llevaban a cabo.
El Rookery Building se levantaba como una muestra perfecta de tradición y modernidad, el carácter artístico de Root otorgó a la construcción elementos decorativos más propios de la artesanía que de la arquitectura, resultan llamativos las decoraciones de carácter islámico o veneciano que se pueden apreciar en la fachada del edificio.
Pero a su vez, Burnham introdujo modernas técnicas arquitectónicas entre las que destaca la gruesa placa de hormigón que permite anclar el edificio al suelo pantanoso de la ciudad creando unos cimientos capaces de soportar el peso de la construcción. La pareja de arquitectos hacía de esta manera un tándem perfecto, sin embargo no son muchas las obras de esta firma que han llegado hasta nosotros.
Al interior los arquitectos plantearon un gran patio acristalado que ocupaba dos pisos en altura y que proporcionaba luz natural a las oficias que había en el interior del Rookery. Además el hall de entrada al rascacielos fue remodelado en a principios del siglo XX, concretamente en 1905, por el arquitecto Frank Lloyd Wright siguiendo los dictámenes del denominado estilo pradera es decir, basándose en formas que buscaban la armonía con el medio natural a través de estructuras horizontales y amplios voladizos.