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Pirámides de Teotihuacán

Publicado por A. Cerra
Pirámides de Teotihuacán

Pirámides de Teotihuacán

Estos impresionantes monumentos forman parte del yacimiento de la ciudad mejicana de Teotihuacán, sin duda alguna uno de los más impresionantes de todas las culturas precolombinas, ya que aquí se estableció la capital de un vasto imperio que dominó los valles de México y conquistó el Altiplano de Guatemala.

Los restos de esta ciudad se extienden a lo largo de más de 20 kilómetros cuadrados, y están datados durante un amplio periodo de tiempo que abarca desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo IX de nuestra Era.

Posiblemente de todo el conjunto arqueológico los restos más espectaculares sean las pirámides, construidas a partir de pisos escalonados, que en realidad eran la base para el templo que habría en la cúspide.

Este modo de construir las pirámides tiene precedentes en Mesoamérica, pero en este caso se optó por plantas cuadradas o rectangulares, y además aquí como novedad se incluyeron esculturas en los frentes de las diferentes plataformas superpuestas.

Las Pirámides de Teotihuacán se sitúan tanto delante de grandes plazas a cielo abierto como también al final de la llamada “Calzada de los Muertos”. En concreto, como remate de ese peculiar camino se encuentra la conocida como Pirámide de la Luna.

Esta pirámide no tiene una altura excesivamente elevada, ya que alcanza los 42 metros, pero sin embargo por la perspectiva dentro del conjunto y ubicación, conforme uno se va aproximando a ella parece que va ganando altura.

Las Pirámides de Teotihuacán no tienen la esbeltez y verticalidad que alcanzarán otras futuras pirámides precolombinas, aunque esto no es impedimento alguno para que cumplieran con su función: servir de impactante marco escenográfico para la celebración de fastuosas ceremonias rituales de carácter popular, es decir, se trata de una arquitectura de fachada. Los rituales que aquí se celebraban caracterizan a la cultura teotihuacana y sobre ella, los estudiosos y pseudoinvestigadores tienen multitud de teoría y sobre todo especulaciones.

En cuanto a los templos que las coronarían tan apenas nos han llegado vestigios arqueológicos, suficientes para saber que eran templos pequeños, de muros muy gruesos y con interiores angostos, oscuros y mal ventilados. Hasta ahí solo podían acceder los máximos sacerdotes y sus acólitos, pero nunca el pueblo llano.

De todo el conjunto de pirámides las más afamadas son la citada de la Luna, y su pareja, la Pirámide del Sol. En ambas se observa que el sistema de ascenso hasta su cima era una gran escalinata, que también tiene la función de acentuar la perspectiva de la edificación, dotándolas de mayor monumentalidad y carácter escenográfico.

Ya se ha dicho que se trata de una arquitectura de telón que no se destina a albergar espacios interiores. Por eso son pirámides cuya zona interior es maciza, totalmente rellena de material de mampostería y cascotes de piedra, y solo sus partes exteriores vistas recibieron un recubrimiento pétreo que tiene la virtud de mimetizar perfectamente las construcciones con su entorno circundante.