Torre Hiorne
Esta torre ubicada en el Parque de Arundel, una bella ciudad medieval del condado inglés de West Sussex, se califica en muchas ocasiones de un peculiar capricho del duque de Norfolk que la mandó edificar en el siglo XVIII. Y esa calificación de capricho o locura se debe a su peculiar forma y que no se construyó con ningún propósito de uso.
La Torre Hiorne en realidad son tres torretas de hasta 15 metros de alto, entre las cuales generan una planta de forma triangular. Un diseño muy peculiar que fue supervisado por Francis Hiorne de Warwick.
Esas tres torres tienen una base octgonal y entre ellas se lanzan los muros que unifican el recinto. Unos muros de sillares pétreos donde se abren las ventanas de clara evocación gótica. Lo cierto es que el arquitecto con este proyecto tenía un objetivo, y no era otro que era superar una prueba del duque de Norfolk, quien le había preguntado sobre qué era capaz de construir, porque le quería encargar la restauración de su castillo. Así que se lanzó a levantar esta peculiar torre donde cada uno de sus tres lados mira hacia lugares destacados del entorno: los bosques de Downs, el lago Swanbourne y el valle de Pughdean.
Pero lamentablemente Francis Hiorne murió poco después de concluir la torre, así que fue el duque, quien acometió la restauración de su residencia, pero actuando él mismo como director de esas obras de restauración en su castillo palacio que todavía se puede ver en la cercana ciudad de Arundel.
Además también se dice que el diseño de Hiorne no terminó de convencerle, si bien eso no es del todo fácil de probar. No obstante, en descargo del arquitecto hay que decir que no siempre era sencillo satisfacer los caprichos de la aristocracia, a veces tan increíbles como encargar esta construcción tan costosa sin función alguna. Al menos originalmente, porque lo cierto es que las generaciones posteriores de duques de Norfolk usaron la Torre Hiorne como pabellón de descanso y también como base para sus célebres cacerías por el entorno. Además de que durante gran parte del siglo XX la alquilaban como residencia para otros personajes acaudalados.
Hoy en día es cierto que el torreón permanece vacío y aunque ha sido consolidado y restaurado hace unos años, no estaría de más un trabajo de cuidados más profundos. Porque lo cierto es que este edificio es un joya del patrimonio de West Sussex. Y es muy curiosa su catalogación actual, ya que no hay que olvidar que la construcción de la torre se originó como una simple prueba de capacidad arquitectónica, algo que hoy en día se hace en planos, maquetas y hasta recreaciones 3D. Pero eran otros tiempos.