Torre de Londres
Este es uno de los monumentos más visitados de Londres, y ese es un dato muy importante, ya que hay que tener en cuenta el ingente patrimonio monumental y artístico que atesora la capital británica.
Esta Torre de Londres, a orillas del río Támesis, la mandó construir el rey Guillermo el Conquistador en el siglo XI, cuando se creó como fortaleza, sin embargo a lo largo de los siglos ha sido también residencia real, arsenal, casa de la moneda e incluso reserva de animales salvajes. No obstante, su uso más conocido es como sede y verdadero cofre de piedra donde se salvaguardan las Joyas de la Corona, un tesoro artístico de primer orden.
Y desde luego también ha sido la prisión más famosa de Londres, en la que han estado presos reyes, reinas y políticos de primer nivel en la historia inglesa.
Es decir, se trata de un lugar repleto de historia y también leyendas y contradicciones, porque por ejemplo se conoce como la Torre de Londres, pero en realidad es un conjunto muy amplio con murallas y diversos torres, todas ellas con su propio nombre como Tower Green, Bloody Tower o White Tower, siendo esta última la más antigua de todas.
Cuando se construyó este torreón en el siglo XI, era la principal del conjunto y también la residencia del rey. En total la torre, con una planta de 36 x 32 metros, y 27 de altura, tenía tres pisos, concretamente un sótano, un nivel de entrada y una planta elevada. Y es que el acceso en este tipo de torres de origen normando siempre se hacía por medio de una escalera y nunca se entraba a la altura del suelo, sino a una superior. Dejando el sótano, como una especie almacén subterráneo o bodega.
A su vez cada planta se divide en tres cámaras. Y de todas ellas, una de las más llamativas es la de la Capilla. La gran maravilla es que pese al uso continuado durante siglos, toda esta disposición ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacta y con pocas reformas.