Petroglifos de Alta
Los petroglifos de Alta se encuentran en una localidad homónima de Noruega, más al Norte incluso del Círculo Polar Ártico y son una de las muestras más destacadas de arte prehistórico que se han hallado en Europa hasta el momento. Estos increíbles restos arqueológicos fueron descubiertos en la segunda mitad del siglo XX, en torno al año 1972 y desde que aparecieron las primeras muestras hasta la actualidad se han contabilizado más de cinco mil conjuntos arqueológicos siendo el más destacado el conjunto de Jiepmaluokta que contiene casi tres mil petroglifos.
Con el término de petroglifo designamos a uno de los antecedentes más antiguos de nuestra actual escritura –son anteriores incluso a los ideogramas o a las pictografías-; se trata de una especie de relieves hundidos en donde el artista ha devastado la capa superficial de la roca para recrear un pequeño símbolo cuya silueta queda rehundida. Este tipo de manifestaciones son típicas de la etapa Neolítica y una de las formas de comunicación que más vigencia ha tenido.
En el conjunto arqueológico de Alta los arqueólogos han determinado que las pinturas debieron de ser realizadas entre los años 4200 al 500 a.C. tratándose por tanto de pinturas realizadas en el Neolítico y la Edad de los Metales. La mayor parte de estas pinturas fueron realizadas en abrigos de montañas al pie de la costa y tras su descubrimiento, se procedió a su restauración y museización. Ya desde la década de los ochenta se levantaron diversas plataformas unidas entre sí que permitían visitar el conjunto arqueológico y en 1985 los petroglifos de Alta entraron a formar parte de la lista de Patrimonio de la humanidad.
Las pinturas encontradas nos hablan de una sociedad de cazadores y recolectores importantes rituales religiosos y debido a su proximidad con el mar expertos pescadores. Son muchas las hipótesis que se han barajado acerca de los pobladores de Alta pero las evidencias aún hoy parecen poco claras aunque algunos expertos se han decantado por la posibilidad de que los pobladores de Alta estuviesen relacionados con la cultura Komsa o Sami.
El enclave de las pinturas en los abrigos de los fiordos nos habla de un espacio considerado sagrado, quizás la intersección entre el mundo terrenal y el espiritual reflejado por el mar. De esta manera también cobra sentido, la clasificación de las pinturas allí encontradas: por un lado grupos de figuras y por el otro, personajes individuales. A este segundo grupo se han adscrito algunas figuras de animales como renos u osos los cuales serían considerados por los nativos como dioses. En cuanto a la representación de los grupos, estas escenas actos de la vida cotidiana como la caza o la pesca pero también representaciones más complejas asociadas a rituales de magia, la fertilidad o incluso a los cambios de estaciones. Por último debemos destacar un grupo independiente formado por algunas representaciones geométricas –algunas de ellas son las pinturas más antiguas- y cuyo significado aún no se ha sabido descifrar completamente pero sí parecen estar asociadas con la pesca.