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El arte prehistórico de Bhimbetka

Publicado por A. Cerra

Abrigo rupestre de Bhimbetka

Los arqueólogos y estudiosos de la Prehistoria van encontrando arte rupestre con milenios de antigüedad por todo el planeta. Inicialmente el arte prehistórico se vinculaba principalmente con el hallado en las cuevas europeas, como la de Altamira en España o las de Lascaux en Francia. Pero hoy en día se tienen en cuenta muchas otras por todo el globo desde Sudamérica donde está la famosa Cueva de las Manos en Argentina, hasta los petroglifos de Alta más allá del Círculo Polar Ártico o los abrigos rupestres del Parque de Drakensberg en Sudáfrica.

Y también hay muestras del arte más primitivo de la humanidad en Asia. Concretamente en la India se encuentra el conjunto de abrigos rupestres de Bhimbetka, que configuran la muestra más antigua de la presencia del hombre en ese gran país, ya que se trata de unas pinturas que se han datado con una antigüedad de aproximadamente 9.000 años.

Su valor sin duda es incalculable, entre otras cosas porque en muchas de los abrigos, se puede ver que las pinturas están superpuestas unas a otras proporcionando así una estupenda secuencia sobre las formas de vida desde los tiempos paleolíticos.

Y es que las pinturas rupestres de Bhimbetka se hallan en un espacio natural muy similar al que pudo haber hace milenios. Una zona boscosa y de relieve accidentado, donde el hombre prehistórico disponía de todo lo necesario para sus labores de caza y recolección. Y eso es lo que nos muestran las pinturas de estos abrigos.

Está representada la fauna local. Hay pintados bisontes, tigres, pavos, venados y también elefantes o rinocerontes. Además también aparecen los frutos que recolectaban y las plantas de las que se alimentaban. Pero no solo eso, igualmente se identifican ciertas escenas que nos hablan de sus diferentes rituales. Algunos relacionados con los nacimientos y otros con la muerte, pero también los hay más festivos donde no faltaría la música y otros por los que se puede especular sobre sus creencias religiosas.

En definitiva, este conjunto pictórico milenario aporta un enorme valor para el conocimiento de los comienzos de la vida humana en la India. Una vida que por otra parte consistía en adaptarse lo mejor posible al medio natural, y aprovechar todas las oportunidades que brindaba. Algo que también se aprecia en el resto de pinturas rupestres encontradas por todo el planeta. Y no es el rasgo que une a este patrimonio relacionado con los orígenes del género humano. También tienen en común sus formas simples, casi siempre figurativas para las escenas de caza o cuando representan otras faenas cotidianas. Mientras que las formas más abstractas se representan para todo aquello que podía tener que ver con las creencias o la religión.