La Cueva de la Pileta
En las paredes de esta cueva de Andalucía, al sur de España, se hallaron unas relevantes pinturas rupestres del periodo Paleolítico, y con muchas similitudes a las pinturas que se tradicionalmente se consideraban propias del ámbito del mar Cantábrico y de Francia. Por eso, las pinturas rupestres de la Cueva de la Pileta son una valiosísima joya de la Prehistoria, que desde que se descubrieron a comienzos del siglo XX han sido estudiadas por los investigadores más eminentes de este periodo de la humanidad.
Hay tanto pinturas como grabados y son fácilmente identificables distintos animales. Hay ciervos, cabras, caballos y toros, pero también peces, un bisonte o una foca. Además de otros elementos de carácter abstracto. Lo cierto es que la Cueva de la Pileta, situada en el municipio de malagueño de Benaoján debió ser ocupada durante un periodo muy largo de tiempo, ya que el yacimiento también muestras restos de pintura esquemática del Eneolítico, así como vestigios de cerámica de la fase neolítica, aproximadamente del IV milenio antes de Cristo. Y no acabaron aquí los hallazgos, también se encontraron restos óseos, algunos relacionables con un grupo de pigmeos, útiles de sílex y otros materiales antiquísimos.
No obstante, lo más interesante son las pinturas parietales. Las cuales se pueden diferenciar en tres tipos. Las pinturas amarillas, las rojas y las negras. Casi todas ellas ubicadas en la Galería Principal.
Las más antiguas son las amarillas, y sus formas gráficas se pueden relacionar con la época Auriñaciense. Son pinturas zoomórficas, pero también de carácter ornamental, sin idea de figuración. Son las llamadas pinturas serpentiformes realizadas con un dedo manchado de pigmento que va haciendo ondulaciones.
También en el caso de las pinturas rojas se distingue entre formas animales y símbolos. Entre los animales hay un bisonte, una especie que no sería demasiado abundante en esta región. Y en cuanto a los signos, son símbolos de significado indescifrable para nosotros. Aunque hay unas pinturas de forma oval, que en alguna ocasión se han interpretado como la representación de moluscos o de tortugas. Aunque también se ha querido ver en ellos cercados para encerrar animales. No obstante, no está nada claro.
Y por último están las pinturas negras, las más modernas, pero curiosamente las más arcaizantes en cuanto a estilo. Aunque hay figuras muy interesantes como una cabra o un yegua preñada. Sin olvidar un pez enorme, de unos 90 centímetros, cuya representación no es nada habitual en este tipo de arte rupestre. Y lo cierto es que en La Pileta, no solo está dicha figura, hay otros cinco peces pintados, eso sí, de menores dimensiones.