Asunción de la Virgen de los hermanos Asam
El arte barroco alcanzó cotas de una altísima calidad y también de mucho recargamiento en los países del centro de Europa. En lugares como la actual Austria o Chequia, y también en tierras de Alemania. Y un buen ejemplo de ello es esta obra de los hermanos Costas Damian Asam (1686 – 1739) y Egid Quirim Asam (1692 – 1750).
En el año 1723 concibieron y materializaron esta profusa composición que representa la Asunción de María en la iglesia conventual agustina de Rohr.
Una obra en la que se mezclan materiales, pero siempre con un criterio de búsqueda de dinamismo y también de máximo refinamiento. De hecho al observar el conjunto, pese a que realmente estamos ante un amasijo de formas, se transmite una idea de elegancia. Es un conjunto nervioso y agitado, pero sin duda muy plástico y deslumbrante, a lo cual ayudan los tonos blancos níveos de los estucos y los dorados más decorativos y brillantes.
Con esas características, los hermanos Asam hicieron que no les faltara el trabajo como decoradores en diversas ciudades y pueblos de las regiones del sur de Alemania. Eran capaces de fusionar en una misma obra distintas disciplinas artísticas: la arquitectura, la escultura, la pintura, diversas artes decorativas, etc… Y siempre con espíritu muy teatral del arte.
Máxima expresión de ello es la presentación que aquí nos hacen de la Virgen María. Nos la muestran suspendida en el aire, ascendiendo desde su sepulcro, rodeada por paños dorados y sostenida por dos ángeles. Ellos la llevan hasta la representación de la Santísima Trinidad que está en la parte más alta de la composición. Y mientras a pie de tierra vemos a los Apóstoles que contemplan la escena y gesticulan de forma exagerada y enfática.
Todo el conjunto se convierte en un gigantesco retablo, realizado con estucos y dorados. De alguna forma predomina el trabajo escultórico en esta obra para el monasterio de Rohr, una faceta que dominaba más Egid Quirim. Mientras que la arquitectura y lo pictórico eran los campos predilectos de Cosmas Damian. Si bien es cierto que el resultado final es una hibridación perfecta de todo ello.
Posiblemente tal repertorio repleto de lo teatral y lo gestual, de recargamiento y decorativismo, se deba a que en Alemania tardaron en llegar las influencias del arte italiano, desde el Renacimiento y el barroco más clasicista. Tal vez por eso, llegaron directamente las formas más decorativas del barroco, y ellos dieron todavía un paso más allá en lo exagerado. De alguna forma están creando ya las bases de un tardobarroco, casi rococó, donde predominan las formas ilusorias y efectistas.