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Au Naturel de Sarah Lucas

Publicado por A. Cerra

Au Naturel de Sarah Lucas

Tradicionalmente la expresión “au naturel” (al natural) se ha empleado en el arte para hablar de desnudos, y generalmente protagonizados por modelos femeninos. Pero aquí la artista británica Sarah Lucas (1962 – ) juega con el significado y sentido de tal expresión. Lo que pretende con esta peculiar escultura a medio camino de la instalación es ir más allá y plantear un estado natural sin limitaciones. Mostrar un arte desbordante de franqueza e intimidad, de significado inmediato, y sin que se sienta constreñido por los convencionalismos culturales perfectamente establecidos. Y todo ello lo hace de una forma muy paradójica, ya que no recurre a ningún cuerpo desnudo, ni masculino ni por supuesto femenino, pese al tradicional significado de Au naturel.

En realidad, la obra es un colchón sucio que parece recostarse sobre una pared, casi como si fuera una persona. Mientras que sobre el colchón aparecen diversos elementos cotidianos, desde un cubo hasta varias frutas y verduras, las cuales se disponen en una clara alusión a los órganos sexuales del hombre y la mujer.

Este tipo de aprovechamiento de elementos ha hecho que el arte de Sarah Lucas se haya vinculado en ocasiones con los ready-made de Duchamp o con los materiales que suelen usar los artistas del arte povera. Pero además de ello, en el caso de Lucas hay siempre una intención y unos mensajes muy transgresores sobre cuestiones de sexualidad, género e identidad. Su obra está llena de alusiones a esos temas. Y para ello recurre a elementos cotidianos y a presentaciones que unas veces tiene un tono de humor y otras alcanza el absurdo.

Se trata de una creadora que está en activo desde comienzos de los años 90 del pasado siglo, y ha realizado esculturas, fotografías e instalaciones. Las cuales han tenido acomodo y presentaciones en museos de Europa y de América. Y eso que a veces su carácter crítico y burlón le ha llevado a hacer parodias incluso de otras figuras artísticas contemporáneas, por lo que en ciertos círculos no siempre es bien valorada. Pero lo que es innegable que siempre juega a romper cualquier norma o estereotipo establecido, y más aún si se trata de hablar de temas sexuales, en los que rehúye de las perspectivas más arcaicas dominadas por el puritanismo, el conformismo e incluso la misoginia.

Y sin duda un buen ejemplo de ello es esta carismática Al natural que realizó en 1996 y que se ha convertido en una de sus obras fetiche y más emblemáticas.