Cruz de Ruthwell
Esta cruz pétrea que alcanza los 550 centímetros de altura se encuentra en la localidad de Ruthwell, en el condado de Dumfriesshire al sur de Escocia. Se trata de un gran trabajo escultórico en piedra que se ha datado hacia mediados del siglo VIII. Es decir estamos ante una obra excepcional del arte anglosajón, tanto por su calidad como por ser los mayores relieves figurativos anglosajones con más antigüedad.
Y por si fuera poco a lo largo de su superficie también hay unas inscripciones anglosajonas antiquísimas, escritas en caracteres rúnicos. En ellas se pueden leer fragmentos del poema anglosajón El sueño de la cruz, el texto más antiguo hallado en esa lengua.
Además de esos versos, también hay que destacar los relieves de una especie de cenefa de una planta enredadera en la que aparecen diversos animales y aves. Eso se ve en las caras este y oeste de la cruz, mientras que en los lados sur y norte se descubren los relieves con escenas que representan episodios del Nuevo Testamento. Una secuencias que en un lado se coronan por la figura de Juan el Bautista y al otro por el Cordero de Dios.
La antigüedad de la cruz, labrados durante los tiempos en que esta parte de Escocia era el reino de Northumbria y también su aspecto figurativo hizo que en el siglo XVIII los más acalorados iconoclastas presbiteranos la detestaran. Tanto que acabaron dañándola. No obstante, más tarde fue restaurada, e incluso en el siglo XIX se le añadió una inscripción en latín alrededor de las escenas bíblicas.
Curiosamente en origen esta enorme obra esculpida sobre piedra se encontraría en el exterior, al aire libre. Se ignora donde, tal vez en un camino o quizás en un cementerio. Sin embargo, tras los daños que sufrió, el derribo y varias décadas de abandono, finalmente fue recuperada y restaurada. Una labor que realizó entre 1818 y 1823 Henry Duncan, quien reunió todos los pedazos y los recolocó en el jardín de su mansión. Durante esa restauración también se recuperaron y reinterpretaron algunas de las escenas de un modo equivocado, vinculándolas en exceso y de forma equivocada con la religión católica, por lo que se incorporaron algunos elementos a los relieves que difícilmente estarían en la pieza original.
Así que quizás sea cuestionable parte de su rehabilitación, pero al menos se recuperó este valioso patrimonio del arte medieval anglosajón. Y posteriormente se llevó hasta el interior de la iglesia de Ruthwell, aunque dado su tamaño fue necesario construir un ábside ex profeso a finales del siglo XIX capaz de albergar semejante cruz.