Damien Hirst
Damien Hirst es, a día de hoy, el artista vivo mejor pagado de todo el mundo, no obstante su obra ha sido una de las más controvertidas y criticada de toda la historia del arte hasta el punto que algunos entendidos la tachan de “arte- timo”.
Hirst nació en Bristol, Inglaterra, en 1965. Procedente de una familia desestructurada el artista pasó por una etapa bastante rebelde en su infancia y juventud. Encontró en el arte un medio de evasión y de exploración de su propia personalidad. Se licenció en arte y diseño por la Universidad de Leeds y unos años más tarde en Bellas Artes por Goldsmiths. Fue precisamente durante estos años de formación cuando el artista trabajó en un depósito de cadáveres, un hecho que pronto influiría notablemente en su producción artística.
Hirst dominó en poco tiempo el panorama artístico londinense y encabezó el grupo de los llamados Jóvenes Artistas Británicos o YBAs; jóvenes licenciados en Goldsmiths que realizaron varias exposiciones en la galería Saatchi y que durante los noventa encabezaron el arte londinense con arriesgadas apuestas estilísticas. El actual éxito del artista parece más asegurado aún al trabajar con algunas de las instituciones y marchantes más influyentes de todo el mundo: el marchante Larry Gagosian, la galería White Cube, la TATE Modern o Saatchi Gallery no han dejado pasar la oportunidad de subirse al lucrativo carro que siempre ha atraído consigo la obra del artista.
En todas y cada una de las piezas de arte de Hirst polémica y muerte van de la mano. Lo macabro y la muerte son una constante en la obra del londinense, así el artista es mundialmente conocido por sus escalofriantes series de Historia Natural donde presenta a distintos animales muertos conservados en formol. Fue precisamente una de estas obras “La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo” lo que convirtió a Hirst en el segundo artista vivo mejor pagado de la historia tan sólo detrás de J. Johns. La obra consistía en un enorme tanque de formol que albergaba un tiburón tigre por el que se pagó 10 millones de dólares en 2004.
El conjunto de su producción artista ha sido tan codiciado como difamado y, mientras los grandes coleccionistas se entregan a la locura de los desorbitados precios de sus obras, los críticos de arte califican a éstas como vergonzosas o antiestéticas.
Con todo Hirst se impone en los mercados contemporáneos como uno de los grandes valores del mundo del arte, en 2007 el artista desbancó el primer puesto de Jasper Johns al vender su Cofre de medicinas por más de nueve millones de libras esterlinas.
Como ya hiciera Warhol en The Factory, Damien Hirst cuenta con tres talleres distintos donde trabaja un buen número de personas y se realiza la mayor parte de su producción.
A medio camino entre lo conceptual, lo irreverente, el arte y el sensacionalismo, lo cierto es que la obra de este artista se ha convertido en el icono de arte contemporáneo.