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Dos esculturas protohistóricas

Publicado por Laura Prieto Fernández

En la entrada de hoy nos disponemos a analizar dos piezas escultóricas de bulto redondo que pertenecen o están íntimamente ligadas con la protohistoria de la Península Ibérica. Se conoce como protohistoria el periodo que se encuentra entre la prehistoria y las primeras civilizaciones antiguas, en el caso concreto de la Península Ibérica hablaríamos de finales de la Edad de Bronce y principios de la Edad de Hierro. Durante esta época los distintos pueblos prerromanos que habitaban la Península -íberos, tartesios etc.- mantuvieron estrechas relaciones con otras culturas de la cuenca del Mediterráneo, especialmente griegos, fenicios y cartagineses y fruto de esas relaciones son las piezas que aquí analizamos.

La primera de ellas se trata de un centauro conocido como El centauro de Royos, se trata de una pieza de bronce que debió de ser fabricada con el método de la cera fundida. Parece ser, que la pieza pertenece a una escuela griega de escultura sin embargo fue hallada en territorio ibérico lo que nos hablaría de un trasvase de piezas artísticas entre las distintas culturas. El centauro se ha asociado con distintos rituales del vino, pero también con la unión del mundo de los vivos y los muertos. Se trata de una figura muy arcaica con evidentes rasgos geométricos y simétricos que se acentúan en el rostro y mientras la parte delantera se representa con forma humana, la trasera lo hace como un equino. Según los expertos la pieza pudo ser parte de un ajuar que le hubiesen regalado a algún príncipe íbero.

Por su parte el conocido como Sacerdote de Cádiz es una pequeña pieza que fue realizada en bronce y oro con la técnica de la fundición y el grabado para los detalles; las dataciones realizadas por los expertos plantean que la pieza podría ser de los siglos VIII o VII a.C. Apareció en la ciudad de Cádiz en los trabajos de cimentación de su gran edificio en el centro de la ciudad y se supone que la pieza debe de representar al dios Ptah evidenciando su relación con el pueblo fenicio. La pequeña escultura aparece ataviada con una túnica y en sus manos porta un ánfora lo que ha hecho que en un primer momento se interpretase como un sacerdote, pero estudios más recientes lo identifican con el dios Path, dios de la metalurgia en Egipto y las culturas de la cuenca mediterránea.

En la actualidad ambas piezas forman parte de los fondos del Museo arqueológico Nacional de España ubicado en Madrid.