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El orador

Publicado por A. Cerra

El orador

El orador es un escultura que se encontró en el siglo XVI y que durante mucho tiempo se ha catalogada como arte romano, pero en realidad es arte etrusco, tal y como demostraría una inscripción hallada en la base de la figura, la cual está precisamente en lengua etrusca.

La confusión de alguna forma es comprensible ya que es la representación de un senador de la República de Roma, pero origen etrusco, o sea originario de la zona de Cortona o de Perugia, de un lugar indeterminado entre la Toscana y Umbría. Y por la inscripción se conoce su nombre, era Aulo Metello. Pero aunque eso sean datos confirmados hay otras muchas incógnitas sobre esta figura de bronce que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, en Italia.

Por ejemplo, no se sabe una datación exacta y se sitúa entre el siglo II y I antes de Cristo. Y también hay varias hipótesis sobre el propósito de la figura, ya que hay historiadores que consideran que sería una figura votiva entregada para algún templo, a modo de ofrenda o de agradecimiento. Lo cual era una práctica habitual, si bien las gentes menos acaudaladas hacían figuritas a pequeño tamaño, mientras que los ricos llegaban a dar estas obras a escala real, y es que la representación alcanza los 180 centímetros.

No obstante otros estudiosos de la época, piensan que semejante estatua sería más bien un monumento conmemorativo a mayor gloria del personaje. Lo cierto es que parece una hipótesis más evidente.

Como decíamos al principio la confusión entre lo romano y lo etrusco es muy comprensible, ya que el personaje viste con ropas muy propias de los romanos. Es decir una túnica de manga corta y una toga pequeña. Además que lleva el mismo tipo de calzado que lucían los magistrados y senadores en la Antigua Roma. Incluso la forma de representa el cuerpo con un contraposto en sus pierna, y un brazo levantado mientras que el otro permanece pegado al cuerpo se puede relacionar con ciertas esculturas romanas, sin ir más lejos el célebre Augusto de Prima Porta.

Es una posición que nos indica vida, ya que tiene la boca abierta, como si estuviera dando un discurso, y con la gesticulación de su brazo derecha refuerza su mensaje. Todo ello con mucho realismo, lo cual también es propio del arte romano. Y esa fuerza discursiva del personaje también sería más expresiva con los ojos, que ahora están vaciados, pero seguramente en origen tendrían brillo y color gracias a un relleno de pasta de vidrio.