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Quimera Arezzo

Publicado por Laura Prieto Fernández

La quimera de Arezzo es una magnífica obra de bronce perteneciente al pueblo etrusco y que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Florencia. Se trata de una escultura realizada en bulto redondo es decir, exenta que se halló en 1553 en la ciudad de Arezzo (Italia). Arezzo había sido un importante enclave urbanístico etrusco y también romano; por el siglo XVI la ciudad estaba bajo el poder del Duque de Mantua Cosme I de Médicis, un gran aficionado a la colección de piezas artísticas y patrocinador de las artes que en cuanto vio la escultura se quedó prendado de ella y decidió incorporarla a su colección.

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Las fuentes documentales nos hablan de que la escultura se encontró en las inmediaciones de la muralla de la ciudad junto con otras esculturas de menor tamaño y que el Duque las expuso en conjunto para que pudieran ser apreciadas por sus visitantes en el Palacio Pitti. Durante algún tiempo esta figura mitológica representó a la ciudad de Arezzo, no obstante con el tiempo el interés por la figura fue cayendo en el olvido.

Pese a que la obra de la quimera ha tendido a incluirse dentro del arte etrusco debido a su nerviosismo la realidad de la representación y la simetría de las melenas del león, las fechas son muy discutidas y es posible que la obra se trate en realidad de una escultura griega y no etrusca.

En realidad la escultura etrusca no se catalogó desde un primer momento como una quimera ya que parte de la pieza –la cola en forma de serpiente- había sido perdida y no se encontró hasta algunos años más tarde en otras excavaciones. El conjunto completo que hoy podemos observar es fruto de una restauración realizada en el siglo XVIII.

La escultura representa un antiguo animal mitológico: la quimera, un animal con cuerpo de león, cola en forma de serpiente y de cuyo lomo asomaba la cabeza de una cabra. Según la mitología griega el terrible animal era un hijo de Tifón y Equidna que asolaba las ciudades de Asia hasta que el héroe Belerofonte con la ayuda de su caballo alado Pegaso logró derrotarla.

Son muchas las descripciones que nos han llegado de la quimera pero todas ellas parecen coincidir en que el animal escupía fuego por sus tres bocas. La escultura realizada por los etruscos es una fiel representación de la fiereza del animal, el león tiene las patas delanteras estiradas y gruje con fiereza, la cabra y la serpiente también están con la boca abierta en posición de atacar.

La figura no resulta del todo realista, quizás si la parte correspondiente a la serpiente o la cabra, pero el modelo del león procede más bien del modelo de un perro. El nerviosismo del ser mitológico se representa por los músculos tensados en una postura forzada.

La escultura fue copiada en dos ocasiones, las reproducciones son de gran calidad y mientras una de ellas se encuentra en la estación de tren de la ciudad la otra lo hace en una conocida plaza.