Fachada de la Catedral de Orvieto
Todo el programa decorativo de carácter escultórico de la fachada de esta catedral italiana, situada en la región central de Umbría, se le atribuye al artista de origen sienés Lorenzo Maitani (1275 – 1330 aproximadamente) quién lo realizaría en torno al año 1310.
Este autor desarrolló toda la ornamentación escultórica en los machones de las jambas de los tres pórticos que ordenan la fachada, así son cuatro machones ornamentados con bajos y mediorrelieves, y allí esculpe toda la Historia de la Humanidad articulada en cuatro episodios claves en la Biblia: la Creación, el Pecado, la Vida de Cristo y el Juicio Final.
La composición se basa en una especie de árbol genealógico, de modo que cada rama que surge sirve de apoyo para las distintas escenas bíblicas. No obstante, el escultor hizo alguna que otra variación conforme desarrollaba la narración. Por ejemplo, el capítulo de la Creación se nos narra en sentido ascendente, mientras que el espacio dedicado al Juicio Final tiene un desarrollo descendente. Y aunque haya estos pequeños cambios, lo cierto es que en general la composición se puede considerar bastante monótona y con una clara isocefalia, o sea, todo aparece a un tamaño bastante idéntico de manera que visualmente no se plasman claramente puntos álgidos en la narración.
Además de la narrativa bíblica, la fachada de la catedral también presenta una serie de elementos arquitectónicos y decorativos que son dignos de mención. Los tres pórticos, por ejemplo, están flanqueados por estatuas de los Apóstoles y los Profetas, que se elevan sobre pedestales ornamentados con relieves de animales y figuras mitológicas. Estas estatuas, a pesar de su tamaño, están talladas con un nivel de detalle impresionante, lo que demuestra la habilidad de Maitani y su equipo.
Para componer semejante conjunto de relieves, no cabe duda de que Maitani tuvo que hacer previamente un desarrollo en dibujo, porque se trata de un elevado número de piezas y de escenas, imposible de improvisar en la ejecución de la obra.
Y en cuanto a la calidad artística de la talla de los relieves, la verdad es que si la composición vista en su conjunto es un tanto monótona, en lo referente a cada una de las escenas observadas individualmente, éstas desprenden una enorme sutileza y delicadeza, y para apreciarlas en su justa medida se hace necesaria contemplarlas de cerca, de manera que así se descubre la maestría de este artista que se encargaría del diseño general de la obra, al ser el maestro de obras de la Catedral de Orvieto, y también se encargaría de la realización de los acabados finales de los relieves, tras el trabajo previo de su equipo de trabajo.
Especialmente destacable son las escenas en las que nos muestra los tormentos que sufren los condenados en el capítulo del Juicio Final en el extremo sur de la fachada. Unas escenas, que pese a tratarse escultura de características estilísticas góticas bien se pueden comparar con otras tallas precedentes románicas de idéntica temática. Y es que no se puede obviar que en la Italia medieval, mientras que la pintura avanzó relativamente rápido desde las formas románicas a las góticas, en el caso de la escultura, el Románico fue un estilo que perduró mucho más en el tiempo.
Y por otro lado, la escultura gótica tuvo, tanto en Italia como en el resto de Europa, un especial aprecio por este tipo de temas de carácter macabro. Para ello no se renunciaba a plasmar lo más terrorífico, si bien durante la época gótica se añadió un elemento impensable durante el Románico, ya que los condenados sufren terribles torturas, pero aún así el escultor logra que inspiren cierta piedad, incluyendo así el elemento humano en las figuras, y no sólo el mensaje religioso.
Además, es importante mencionar que la fachada de la Catedral de Orvieto es un ejemplo perfecto de la transición de la arquitectura románica a la gótica en Italia. La estructura general de la fachada, con sus tres pórticos y su gran rosetón, es claramente gótica. Sin embargo, los detalles escultóricos y la ornamentación, como los relieves y las estatuas, muestran una fuerte influencia románica. Esto se debe a que la construcción de la catedral se extendió durante varios siglos, lo que permitió la incorporación de diferentes estilos artísticos a medida que evolucionaban.