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Flores de Yayoi Kusama

Publicado por A. Cerra

Flores de Yayoi Kusama

Pese a que Yayoi Kusama es ya una venerable anciana de más de 90 años y también pese a que vive recluida voluntariamente desde hace décadas en un psiquiátrico en la ciudad de Tokio, su arte está disperso por todo el mundo y tiene una actualidad y vigencia como pocas producciones artísticas de nuestros días. Un buen ejemplo son estas enormes flores creadas para el Jardín Botánico del barrio del Bronx en Nueva York.

Los vínculos entre Kusama y el mundo de la jardinería vienen desde antiguo. De hecho, ella nació en 1929 dentro de una familia cuya ocupación era el comercio de semillas. Y desde su infancia estuvo en contacto con los viveros, los jardines y los campos. Algo que no le ha abandonado nunca y que siempre ha estado presente en sus obras. No hay más que ver sus célebres referencias a las calabazas, que si bien siempre tiene ese inconfundible tono a psicodelia, no deja de ser una imagen perfectamente identificable con el mundo de los huertos.

La naturaleza para Yayoi Kusama siempre ha sido fuente de inspiración, y las formas vegetales, tanto de frutos como de plantas y flores están perfectamente asentadas en su personalísima estética donde las formas orgánicas son tan consustancial a su obra como los colores fuertes y antinaturales.

En estas flores gigantescas es algo evidente. Los tonos de las hojas, tallos, pétalos y pistilos son imposibles, sin duda, y no faltan sus patrones a base de topos en tonos en colores puros y círculos perfectos y regulares. Pero al mismo tiempo no cabe duda que está haciendo crecer enormes rosas y tulipanes en el parterre. Jardinería artística al fin y al cabo. Una labor que siempre hay que relacionar con la visión idealizada de la naturaleza que la artista contempló de niña.

En este caso las vemos integradas en un paraje ajardinado y a un escala colosal respecto al tamaño original de las plantas, pero Kusama ha representado flores de todas las formas posibles. Las ha pintado, las ha grabado, las ha incluido en happenings y perfomances, las usa como elemento decorativo y están muy presentes en su habituales en las proyecciones de vídeo que suele haber en sus exposiciones. Ella misma ha titulado alguna obra suya con un significativo Flower Obsession. Y es que el estilo único e inclasificable de esta creadora incansable y con persistentes trastornos mentales se ha denominado por la crítica mundial y por ella misma como Obsessional Art, y sin duda asentadas entre sus obsesiones está la belleza de las flores.