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Mujer peinándose, Archipenko

Publicado por Laura Prieto Fernández

Cuando en el año 1907 el artista español Pablo Picasso presentó su obra de Las señoritas de Avignon, una nueva concepción artística irrumpía en el mundo del arte. Fue entonces cuando surgió una concepción pictórica que acababa con la tradición representación icónica de la realidad ajustándola a una nueva dimensión en la que las formas se descomponían en múltiples planos y los elementos geométricos se adueñaban del lienzo para mostrar una nueva realidad.

Mujer_Peinandose

Los cambios aplicados al campo de la pintura fueron innovadores, pero aún más los que llegaron a la escultura. Si bien es cierto que en el aspecto escultórico las vanguardias llegaron con un cierto retraso con respecto a la pintura, también es verdad que los cambios que en ella produjeron fueron mucho más llamativos y transgresores ya que nunca en la historia del arte se había visto nada igual.

Alexander Archipenko también conocido como Oleksandr Porfírovich Arjípenko (1887 – 1964) es uno de los mejores representantes de esa tendencia cubista que se llevó a cabo en la escultura. Nacido en la actual Ucrania el artista se formó en la Escuela de Arte de la ciudad de Kiev y años después se trasladó a Moscú para realizar sus primeras exposiciones, sin embargo lo más destacado de su carrera fue su viaje a Paris a principios del siglo XX, donde conoció a algunos de los artistas cubistas de la época y se integró en el movimiento.

Fue precisamente en este contexto cuando el artista llevó a cabo la escultura que aquí nos ocupa, Mujer peinándose, una pequeña obra de apenas treinta y cinco centímetros de altura que el artista realizó en bronce y que representa a una mujer cepillando su cabello delicadamente. La obra dataría del año 1915 y en ella se ha utilizado la superficie pulida del bronce para remarcar los volúmenes sencillos que sirven para componer la obra. Alejándose del naturalismo tradicional Archipenko representa a la mujer a través de volúmenes geométricos sencillos y pese a todo sigue jugando con ciertas características de la estatuaria clásica como el contrapposto, de esta manera podemos ver como la mujer permanece con la pierna derecha ligeramente adelantada y el brazo opuesto, el izquierdo, atrasado; de la misma manera que a la pierna que aparece retrasada se le corresponde el brazo opuesto adelantado. Además las formas de su cadera describen una curva sensual que nos remite a las esculturas de la Antigua Grecia realizadas por Praxíteles con su famosa curva praxiteliana.

Pero el artista en esta ocasión no solo juega con la materia sino también con la no materia, con el vacío. Archipenko ha dejado algunas zonas huecas, por ejemplo el pecho o el rostro de manera que el espectador pueda imaginarse a la mujer con cualquier tipo de facciones. Estos espacio de vacío serán el precedente para artistas como Chillida o Pablo Gargallo en cuya esculturas la materia se conjuga con la no materia y el vacío pasa a ser no sólo un elemento más en su obra sino uno de los más importantes de la misma.