Portada de la Catedral de Oloron
En realidad, tendríamos que decir, la ex-Catedral de Oloron, ya que esta población del sur de Francia dejó de ser sede episcopal a comienzos del siglo XIX. Y lo cierto es que para entonces este templo estaba en unas condiciones bastante deplorables. Si bien tras varias restauraciones hoy la iglesia luce esplendorosa, y especialmente su portada que al fin y al cabo es lo más antiguo de su construcción, ya que se remonta a la construcción original del edificio a inicios del siglo XII, cuando fue impulsada por el dinero y el fervor religioso del vizconde del Bearn Gastón IV, recién llegado de las Cruzadas.
Precisamente por la valía de esta portada, protegida por un porche formado en la base arqueada de la torre campanario, la Catedral de Santa María de Oloron forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad, además de que es una parada relevante en el Camino de Santiago que atraviesa los Pirineos por el Somport para entrar en España y llegar hasta la ciudad de Jaca, donde se eleva otra importante catedral románica, con la que tiene similitudes la iglesia de Oloron, sobre todo en su disposición interior.
Se sabe que en la portada intervinieron dos maestros escultores diferentes. Uno primero que realizó sobre todo el tímpano, los capiteles y mainel. Es muy curiosa la disposición de ese tímpano, cuyo semicírculo se rompe mediante otros tímpanos menores e inferiores, un esquema visto en miniaturas sirias y manuscritos de origen bizantino. Y esta influencia bizantina también se puede ver en el relieve del tímpano mayor, donde se ve la escena del Descendimiento de la Cruz, una cruz cuya forma también recuerda al arte bizantino.
Mientras, que un segundo artista labró las arquivoltas, que tal vez sean donde mayor calidad artística se observa. De esas arquivoltas, la exterior está ocupada por las figuras de los 24 Ancianos del Apocalipsis, todos ellos con sus túnicas, sus arpas y sus perfumes, configurando un conjunto que sin duda evoca el arte de la iglesia de San Pedro de Moissac.
Y la siguiente arquivolta aún es más interesante ya que nos muestra escenas de lo más populares, seguramente recreando una fiesta y todos sus preparativos, desde la caza del jabalí, la elaboración del vino, cocinar grandes salmones, la preparación de los patos para comerse, etc. Un repertorio muy interesante sobre la vida en el siglo XII.
Pero además de las arquivoltas, también merece la pena mencionar las figuras que hay en sus extremos. En un caso, es un monstruo que está engullendo un hombre, del que solo vemos las piernas que apoyan sobre otro demonio. Mientras que al otro lado de la puerta se ve a un jinete que con su caballo pisotea a un hombre, cuyo rostro expresa todo su miedo. Una imagen que posiblemente pueda interpretarse como la representación del citado Gaston IV el Cruzado, vencedor contra los infieles.