Tengan compasión de Barlach
Esta escultura la realizó el artista alemán Ernst Barlach (1870 – 1938) en un material tan pobre como el yeso a lo largo del año 1919.
Es un excelente ejemplo de arte expresionista que creó este artista. Por aquellos años, el movimiento expresionista triunfaba de forma rotunda entre los creadores de Alemania, lo cual no significaba que no hubiera una parte del público que detestara este arte tanto por sus formas como sus mensajes. Hubo artistas alemanes o no, como Egon Schiele, Oskar Kokoschka o Vassily Kandinsky, cuya pintura evolucionaría hacia la abstracción, que llegaron a ser realmente aborrecidos por la crítica. Esto fue aumentando con la llegada al poder del partido nacionalsocialista.
De hecho, las autoridades durante el mandato de Adolf Hitler decidieron condenar todo lo que oliera a arte moderno y acabaron por desterrar a las figuras más destacadas de los movimientos de vanguardia o simplemente le prohibieron trabajar. Y eso fue lo que le pasó a Barlach.
Pese a que las fechas de esta obra son anteriores al gobierno de los nazis, la escultura es como una anticipación de lo que iba a sufrir en los años posteriores este artista. Sólo con saber el título, Tengan compasión, ya nos podemos hacer una idea del mensaje que intenta transmitir.
Pero aunque no tuviera título, la figura realmente consigue clamar su mensaje, gracias a la enorme intensidad de su expresión, y eso que en realidad sencillamente solo se ven unas manos sarmentosas que piden limosna. Se supone que son las manos de una mendiga, cuyo cuerpo y cabeza están tapados por una manta, a modo de vergüenza o simplemente para protegerse del frío. De este modo, toda nuestra visión se concentra en esas manos que piden. El resto es como un bulto, pero no un bulto informe. Podemos intuir el cuerpo de ese ser humano. Es más sabemos que está ahí, pese a su simplicidad de formas, pero nos concentramos en las manos, nos imaginamos a la pobre mujer y nos transmite por completo ese sentimiento de compasión. En definitiva, Expresionismo en estado puro.
En esta línea, Ernst Barlach realizó varias obras, y no solo escultóricas, ya que también trabajó como diseñador y como escritor. Siempre interesado en temas de lo más humano y con toques dramático. Por ejemplo, realizó varios memoriales a las víctimas de la Primera Guerra Mundial, fueran soldados o sus madres. Todos ellos monumentos con una fuerte carga expresiva y dramática. Curiosamente, con la llegada nazi al poder en 1933, algunas de estas obras fueron retiradas de sus emplazamientos e incluso destruidos. No obstante, algunas de ellas fueron recolocadas y restauradas después de 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, como es el caso de los Monumentos a los Caídos que realizó en las ciudades de Kiel, Magdeburgo o en la catedral de Güstrow.