Venus de Thordvalsen
Esta escultura realizada en mármol es un buen ejemplo del tipo de creaciones de estilo neoclásico que realizó el artista danés Berthel Thordvalsen (1770 -1844).
Se trata de una representación de una deidad de la mitología grecolatina, en este caso, Venus, la diosa del amor. La vemos recién salida del baño, y aparece desnuda, llevando tan solo una manzana en una mano y su toalla en la otra, pero que no la usa para taparse, ya que vemos a la mujer en toda su desnudez.
Pese a salir del baño, nos la muestra perfectamente peinada, con un estilo idéntico al de las figuras clásicas del principios del Imperio Romano, seguramente el momento preferido por parte de los artistas neoclásicos, ya que por ejemplo sería muy parecido al de la Paulina Borghese que realizó el gran escultor de este periodo entre los finales del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX: el italiano Antonio Canova.
En cambio, si el peinado está inspirado en la Antigua Roma, el resto de formas de la obra está claramente influenciado por el arte griego, sobre todo de su fase postclásica, como por ejemplo el canon es idéntico a la Afrodita de Cnido de Praxíteles. E incluso todo el aire general de la obra, su aspecto blanco y la línea curva que le da dinamismo recuerdan las obras praxitelianas.
Prácticamente toda la producción artística de Thordvalsen está dedicada a representar personajes y dioses inspiradas en Grecia y Roma. Y lo mismo cuando hace esculturas de bulto redondo como Jasón y el vellocino de oro, o cuando hace relieves como el de Ganimedes y Cupido.
Todo un repertorio de obras en las que domina el tallado del mármol, sin duda el material por antonomasia de la escultura clásica, si bien es cierto que también se esculpían sobre otro tipo de piedras, e incluso se fundían en bronce, aunque es cierto que las obras broncíneas de aquel periodo tan apenas nos han llegado, ya que la gran mayoría fueron refundidas, en muchas ocasiones con fines militares, a lo largo de los siglos.
El arte de Thordvalsen, al que siempre se le critica por su excesiva frialdad y el completo apego a los modelos clásicos, lo cierto es que posee cualidades más que destacables. Una de ellas es que siempre es muy equilibrado, con composiciones muy cerradas, que a veces le llevan a que sean obras que no tengan excesivos puntos de vista, y prime sobre todas la visión frontal, como en este caso de la Venus.