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Tapiz de Bayeux

Publicado por A. Cerra
Tapiz de Bayeux

Tapiz de Bayeux

Esta es una de las obras más peculiares de todo el arte medieval europeo, ya que se trata de un enorme tapiz bordado con hilo y lana, que se realizó en torno al año 1080. En la actualidad este gran friso de unos 70 metros de longitud por poco más de 50 cm de altura se conserva en la Biblioteca del Ayuntamiento de Bayeux en Francia.

Es sumamente raro que una obra realizada en estos materiales tan endebles y combustibles haya llegado hasta nuestros días, y se cree que se ha conservado porque se mantuvo en una iglesia, ya que su emplazamiento actual no es el original.

Todo este gran tapiz nos relata de forma ilustrada la historia de la conquista normanda de este territorio. En realidad se ignora la exactitud de su fecha de realización, sin embargo todo los historiadores del arte se ponen de acuerdo en datarlo en momentos posteriores a dicha conquista, mientras los episodios se mantuvieron vivos en la memoria de la gente, de ahí que se feche en torno al año 1080, años en el que tuvieron lugar esos acontecimientos.

Se podría considerar que este tapiz es una especie de crónica artística de episodios bélicos, al estilo de la afamada Columna Trajana de Roma, si bien en el caso italiano se trata de un largo relieve escultórico. En ambas obras, se trata de representar una campaña militar victoriosa, la cual se plasma con todo el vigor posible.

El tapiz relata diferentes escenas, de las cuales, las principales quedan encerradas por fajas periféricas que hacen de marco, aunque en ocasiones estas fajas además de enmarcar la escena, también se convierten en parte de la composición, por ejemplo cuando sirven para colocar ahí hileras de caballos y jinetes.

Hay multitud de detalles que llaman la atención, y que tienen su valor como documento artístico y también histórico. Un ejemplo es donde aparecen los drakkar o barcos vikingos, ornamentados a proa y popa con cabezas de dragón, unos elementos que se sabe que llevaban las embarcaciones escandinavas de la época, y sobre los cuales había incluso legislación, ya que las leyes vikingas obligaban al capitán a retirar esas cabezas de dragón cuando llegaban a puertos para que su apariencia tan temible “no asustara a los espíritus” del país al que llegaban.

En otra de las escenas vemos como Harold presta juramento a Guillermo, a los cuales se identifica por diversas inscripciones bordadas. Vemos a Guillermo sentado solemne en su trono que contempla a Harold, quién posa su mano sobre las santas reliquias para jurar fidelidad.

En lo referente al estilo del tapiz, lo cierto es que en ocasiones las figuras parecen haber sido dibujadas por una mano insegura, aunque es posible que por la propia técnica del bordado y porque se carecía de modelos a los que representar, quizás no se trate de falta de maestría.

En general, todos los episodios de carácter épico se narran con una asombrosa economía de medios, y se ponen todos los esfuerzos en los elementos que se consideran más importantes, es decir, se eliminan todos los detalles accesorios, pero al mismo tiempo toda la narración posee un gran dinamismo y vivacidad.