El concepto de museo: definición y evolución
«El santuario de las musas», este es el concepto primigenio, concentrado en el término griego «mouseion» primero y en el latino «museum» después, de donde proviene la actual palabra «museo».
Y es que un museo, originariamente, era la «casa» en la que «vivían» las patrocinadoras de las artes. No sólo esto, sin embargo, pues también se designaba con «museo» a una cierta clase de escuelas filosóficas o centros de investigación científica.
Una de las primeras veces en las que se empleará este término es en el s.III a.C., en referencia al complejo del Palacio de Alejandría, del que más tarde dará noticias Estrabón en su Geografía contando como «el museo formaba parte de los palacios reales».
Pero este Palacio de Alejandría, especialmente adelantado en su composición humanística multidisciplinar (contaba con diversas salas de estudio e investigación, colecciones geológicas, un jardín botánico, un observatorio astronómico y una biblioteca), poseía un museo que, en realidad, poco tenía que ver con los actuales, en cuanto a la muestra de la colección.
Y es que este término en la Antigüedad tendrá más que ver con el concepto de patrimonio cultural, de inventario, de catálogo, sentido con el que se empleará hasta el s.XVI momento en el que va a adquirir la connotación de «público», al usarse para referirse principalmente a colecciones de este carácter.
El s.XVII y s.XVIII marcaron un punto de inflexión en la evolución del concepto de museo. Durante este periodo, se produjo un cambio en la percepción de los objetos de arte y de la historia, que pasaron a ser considerados como testimonios del pasado y de la cultura. Los museos comenzaron a ser vistos como instituciones encargadas de la conservación y la difusión del patrimonio cultural y científico. En este contexto, se crearon grandes museos nacionales, como el Louvre en Francia y el British Museum en Inglaterra, que se convirtieron en modelos para otros museos en todo el mundo.
No será hasta el s.XIX cuando se desarrollen las primeras definiciones: en 1895 Goode plantea una primera definición de museo como la «institución para la preservación de los objetos que mejor explican la naturaleza y las obras del hombre […]». A pesar de que en estos momentos la teorización avanza a pasos agigantados, sus definiciones no tuvieron trascendencia institucional.
Será el ICOM (`International Council of Museum´), asociación no gubernamental creada tras la II Guerra Mundial en sustitución de la Oficina Internacional de Museos de 1926, quien otorgue finalmente al término «museo» la definición que en la actualidad se aplica. De esta manera, ya en 1947, quedó especificado que un museo es «la institución permanente que conserva y expone colecciones de objetos, de carácter cultural o científico, para fines de estudio, educación y delectación». Definición (más tarde ampliada) de dónde se desprenden las cinco actividades básicas que conforman la razón de ser de dichos centros: conservar, exhibir, adquirir, investigar y educar.
En las últimas décadas, el concepto de museo ha seguido evolucionando y adaptándose a los cambios sociales y culturales. Hoy en día, los museos no solo se centran en la conservación y exposición de objetos, sino que también desempeñan un papel activo en la educación y en la promoción de la diversidad cultural. Además, con el auge de las tecnologías digitales, los museos están explorando nuevas formas de interactuar con el público y de hacer accesibles sus colecciones, a través de exposiciones virtuales, aplicaciones móviles y otras iniciativas digitales. Este enfoque innovador está redefiniendo el papel de los museos en la sociedad del siglo XXI y plantea nuevos retos y oportunidades para estas instituciones.