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Tate Modern Londres

Publicado por Virginia

Tate Modern Londres

Situado en el emblemático Bankside Power Station, el Tate Modern ocupa el espacio de lo que fue una central eléctrica operativa desde 1952 hasta 1981. Este edificio, diseñado por Giles Gilbert Scott, era un exponente del estilo arquitectónico de mitad de siglo.

Su posición a orillas del Támesis, cerca del centro financiero de Londres, no sólo fue estratégica, sino que también facilitó el acceso al público, atrayendo tanto a londinenses como a turistas internacionales.

Hacia 1990 la Tate Gallery se dio cuenta de que se hacía imperiosa la necesidad de distribuir en un nuevo espacio las colecciones de arte contemporáneo de la Tate Collection, así que tomará la decisión de gestar una «filial» (que forma parte de la familia de galerías Tate), reutilizándose para tal fin una antigua fábrica eléctrica cercana a la City.

La rehabilitación se llevó a cabo siguiendo un criterio de fidelidad al diseño «high-tech» y a la austeridad del propio edificio, diseñado en su origen por Giles G. Scott. Esta intervención, que no sólo implicó la recuperación de un edificio sino que se puede considerar asimismo como un ejemplo de rehabilitación de una zona industrial, la llevarán a cabo los arquitectos suizos Herzog y De Meuron, procediéndose a su inauguración en el 2000.

Herzog & de Meuron lograron mantener la esencia industrial del edificio original mediante la incorporación de materiales como acero y vidrio, realzando su carácter contemporáneo.

El Turbine Hall, una vasta galería que atraviesa el núcleo del edificio, demuestra cómo la estructura original fue preservada y reinterpretada. Este enfoque de diseño ha permitido conservar el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo.

Lo cierto es que éste será un edificio ciertamente adecuado para la recepción de «instalaciones», aunque también recogerá en su interior las esculturas que en la Tate Gallery no se podían exponer. El criterio expositivo que se seguirá va a estar basado en la idea de que las colecciones permanentes permanezcan en el museo por un tiempo limitado (unos cuatro o cinco años).

Junto con esto, se van a ensayar conceptos museísticos distintos como la supresión de una cronología a la hora de organizar las obras, otorgando prioridad a las líneas temáticas o argumentales.

La estrategia curatorial no cronológica ha transformado la manera en que los visitantes interactúan con el arte, promoviendo conexiones inesperadas entre diferentes épocas y estilos.

Ejemplos de exposiciones pasadas, como la dedicada a Louise Bourgeois, han ilustrado efectivamente este enfoque.

La colección se compone de obras de arte contemporáneo internacional desde época de principios del s.XX hasta la actualidad. De esta manera, el visitante puede disfrutar de Dalí, Rothko, Warhol o Bacon junto con la variada propuesta de exposiciones temporales que el museo programa de forma periódica.