Alegoría del amor y el tiempo de Bronzino
Se trata de una obra pintada sobre tabla con la técnica del óleo por el artista italiano Bronzino aproximadamente hacia el año 1546. En la actualidad esta obra se conserva en la National Gallery de Londres.
Este artista era conocido como Bronzino en su tiempo y con este sobrenombre ha pasado a los libros de Historia del Arte, pero su nombre real fue Angelo di Cosimo Tori. En su tiempo fue un pintor de bastante reputación y contó con el apoyo de Jacopo Pontormo en cuyo taller se formó como artista, así como también gozó de la amistad del influyente pintor, crítico y biógrafo Giorgio Vasari.
Esta obra alegórica es una de las imágenes que en muchas ocasiones ha utilizado la National Gallery londinense para su merchandising y sus campañas de publicidad, ya que se trata de un cuadro con un enorme encanto y sobre todo que transmite mucha sensualidad, acariciando el erotismo. De hecho, Bronzino está considerado como el pintor más erótico de toda su época, y uno de los más sugerentes en esta línea de toda la historia de la pintura.
Su característica sensualidad se debe a que en sus composiciones son muy habituales los gestos sugestivos y las posturas retorcidas, en ocasiones casi imposibles, con unos personajes mitológicos que suelen ir desnudos mostrando su carnalidad y una piel muy blanca.
Esas habituales posturas enrevesadas de los personajes de Bronzino son típicas de su época, el momento en el que triunfan las formas manieristas, herederas del dramatismo que imprimía Miguel Ángel a sus personajes. De hecho, la palabra manierismo proviene que los mismos artistas italianos decían que pintaban “alla maniera de Michelangelo”. Por eso son habituales en Bronzino y en otros contemporáneos los escorzos bruscos y las poses violentas siempre con la intención de que esas distorsiones se conviertan en el modo de expresar el dramatismo de cada escena.
Este rasgo del Manierismo se puede apreciar en esta obra de Bronzino, pero principalmente en los personajes del fondo del cuadro. Incluso puede llegar a parecer que se trata de una composición caótica, casi realizada por el amontonamiento de figuras y elementos, si bien el autor la estudió concienzudamente antes de acometer su ejecución. Este aspecto de aglomeración e incluso el típico color arbitrario para los fondos que aplicaban los pintores manieristas, hizo que hubiera un tiempo en el que los críticos de arte consideraron este tipo de obras como muestra de un arte decadente, indigno heredero del Renacimiento. Al mismo tiempo esta crítica mordaz sumaba que pintores como Bronzino se dedicaban a pintar escenas eróticas que poco tenían que enseñar al mundo.
No obstante, hoy en día el Manierismo ya está considerado como un estilo pictórico y escultórico en sí mismo, con sus propias particularidades, y por supuesto con grandísimas obras maestras de este periodo, entre las cuales se cuenta esta Alegoría del amor y el tiempo de Bronzino.