Alsacia según Hansi
Los cuadros y sobre todo las ilustraciones de Jean Jacques Waltz (1873 – 1951), más conocido como Hansi, han contribuido de una forma muy especial a crear la imagen que hoy se tiene de Alsacia en el mundo. Alsacia es una región de Francia, situada en el noreste del país galo, que cuando Hansi nació estaba bajo el dominio de Prusia.
De hecho, esta región, junto a la vecina de Lorena, ha pertenecido en diversos periodos de la historia alternativamente tanto a Francia como a Alemania. Por ejemplo, a día de hoy es territorio francés, pero desde 1871 hasta el fin de la Primera Guerra Mundial era parte del imperio alemán. Unos años en los que precisamente se formó y despuntó el talento creativo de Hansi, quién por otro lado era profrancés como mucha parte de la población alsaciana.
Ese compromiso y activismo antiprusiano se observa a la perfección en su obra pictórica y en sus libros de ilustraciones. Si bien, lo que en realidad se plasma es el profundo amor a su tierra natal. Algo que en parte ya le venía de familia, porque su padre acabó siendo el conservador del Museo de Unterlinden de la ciudad de Colmar, uno de los máximos exponentes del patrimonio y la cultura alsaciana.
Hansi recibió su formación en bellas artes en Lyon, pero pronto notó que tenía que regresar a su tierra, y tras unos comienzos más relacionados con los trabajos de ilustración publicitaria, decidió dedicarse por completo al dibujo. Y en ese arte volcó su conocimiento de las tradiciones locales y su animadversión a los prusianos, a los que comienza a representar como estúpidos turistas y acaba satirizándolos por sus actitudes militares.
De esta manera se fue ganando un prestigio entre sus conciudadanos, pero cuando estalló la Primera Guerra Mundial acabó detenido por los alemanes. Si bien pudo escapar, e incluso se incorporó al ejército francés como traductor. De este modo al concluir la guerra, y retornar Alsacia a territorio galo, él también regresó a su tierra.
No obstante, pronto notó que los alsacianos tienen elementos culturales distintos al resto de Francia, y que no se conocían ni se respetaban lo suficiente por parte de sus compatriotas. Por eso reivindicó esas peculiaridades culturales, históricas y etnográficas en sus obras de ilustración y en sus acuarelas. Al mismo tiempo que se desencantó del activismo político, y también elaboró muchos materiales publicitarios, como por ejemplo etiquetas para los afamados vinos blancos de Alsacia.
Sin embargo, el tiempo pasó deprisa, y llegó el estallido de la Segunda Guerra Mundial y una nueva invasión de Alemania en suelo de Alsacia. Así que de nuevo fue detenido y esta vez muy maltratado en el año 1941. Y aunque otra vez logró huir de los nazis y salvar la vida, lo cierto es que le quedaron secuelas para siempre y una vez acabada la guerra volvió a su Colmar natal, donde finalmente falleció.