Altar de Isenheim
Este políptico, es decir una pintura compuesta de varias tablas, está considerado como la gran obra maestra del pintor Grunewald (aprox. 1470 – 1528). El verdadero nombre de este pintor alemán fue Matthias Gothardt, y aunque se le puede calificar de renacentista, lo cierto es que su arte está íntimamente emparentado con el Gótico más tardío. Algo que se delata en muchos detalles, como por ejemplo en los diferentes tamaños que emplea para cada figura dependiendo de su importancia. Así en la escena de la Crucifixión vemos como la escala de Jesús crucificado es mucho mayor que la de las figuras que le acompañan. Y aún hay otro grado de escala diferente entre el San Juan Bautista a la derecha y el grupo de San Juan Evangelista consolando a la Virgen, los cuales son de mayor escala que la María Magdalena arrodillada a los pies de la cruz.
Grunewald desarrolló su labor tanto como pintor como realizando distintos trabajos de ingeniería. Con ello alcanzó gran renombre, sobre todo trabajando para el obispo de Maguncia, si bien acabó siendo expulsado de ese territorio, dada su cercanía a las ideas protestantes de Lutero.
Pese a su origen alemán, esta obra hoy en día se conserva en Francia, concretamente en el Museo de Unterlinden de la ciudad de Colmar, en la región de Alsacia, una zona que a lo largo de la historia ha pertenecido tanto a territorio germano como galo.
El altar pintado sobre tabla y con la técnica del óleo tiene unas dimensiones más que considerables, ya que alcanza los cinco metros de altura por los ocho de ancho. Por eso no extraña que invirtiera mucho tiempo en su realización, ya que lo comenzó en 1510 y no fue concluido hasta 1515.
En origen su destino era ser el altar mayor de una capilla del monasterio de Isenheim, situado muy cerca de Estrasburgo. Un monasterio que también cumplía las funciones de hospicio, ya que los monjes de San Antonio que lo ocupaban, atendían allí a enfermos de peste. A ello se alude con una la figura de un demonio que aparece tras San Antonio en una de las tablas laterales. Este demonio se ve que rompe una ventana y echa su aliento para transmitir esa cruenta enfermedad que fue una verdadera pandemia durante toda la Edad Media en Europa.
Toda la obra es de una gran complejidad y con diversas partes. Algo que era habitual en esos tiempos. Y es que este tipo de retablos podían cambiar su apariencia dependiendo de las festividades religiosas de cada época del año. En este caso, todo el políptico de Isenheim tiene una talla central realizada en madera que representa a San Antonio. Y esta figura está rodeada por puertas con bisagras que según como se abran pueden mostrar diversas escenas, como la Navidad, la Anunciación o la Resurrección de Cristo. Todas ellas tienen un tono de color bien distinto a la imagen principal que es la Crucifixión, pintada en las hojas exteriores.