Anunciación de Filippo Lippi
La Anunciación es uno de los cuadros más conocidos del artista renacentista Fra Filippo Lippi. El pintor ha retomado en esta ocasión, una de las temáticas más tradicionales del arte cristiano la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María; esta temática ya fue desarrollada a lo largo de la época medieval y sin embargo, en el Renacimiento continuará siendo de lo más popular esta vez bajo un nuevo tratamiento más amable, naturalista y con una gran carga simbólica.
Fray Filippo di Tommaso Lippi (1406 – 1469), más conocido sencillamente como Filippo Lippi es una de las mejores figuras artísticas del Quattrocento italiano. Su obra se vio fuertemente influenciada por las técnicas de Masaccio pero su estilo evolucionó aún más incorporando elegante paisajes a sus composiciones con los que sustituiría los tradicionales y medievalistas fondos dorados y realizando en todas sus obras un profundo estudio del colorido influido por la estética de Fra Angélico.
El artista quedó huérfano con tan sólo cinco años pasando a la disposición de los monjes carmelitas de la ciudad de Florencia; posteriormente, en torno a 1421, el artista ingresará en la orden para la que realizó un buen número de trabajos durante toda su vida. Como buen carmelita el artista sintió una gran devoción por la Virgen quien se convirtió en el eje central de muchas de sus composiciones sin embargo, una de sus mayores aportaciones al mundo de la pintura será, precisamente, la mayor humanización de los temas divinos mostrando cierto distanciamiento de otros pintores quattroccentistas para sentar las bases de Cinquecento.
En esta Anunciación encontramos los mismos esquemas que utilizó Fra Angélico pero con un desarrollo arquitectónico mucho más complejo: la escena se desarrolla con la Virgen y el arcángel Gabriel como protagonistas. María aparece de pie, sorprendida por la presencia del ángel, y ataviada con una túnica azulada. Su gesto es turbado, como si no entendiese el mensaje que le trasmite el arcángel por lo que nos encontraríamos ante una Anunciación que algunos autores como Baxandall han calificado de Perturbatio.
El arcángel por su parte aparece arrodillado frente a la Virgen y portando un lirio blanco de la mano símbolo de la pureza de María. Al fijarnos detenidamente en el lienzo podemos apreciar como la presencia del ángel está repetida en una secuenciación por la que primero se puede observar penetrando en la estancia y posteriormente frente a María. La escena se completa con la presencia de Dios Padre y la paloma que representa al Espíritu Santo.
La arquitectura ha sido muy trabajada y se ha representado bajo los parámetros de la nueva concepción clasicista: un espacio delimitado por tres arcadas de medio punto con pilastras de capiteles corintios adosadas da paso a bonito jardín cercado. Fra Angélico también utilizó en su Anunciación el mismo recurso del jardín pero en aquella ocasión al encontrarse abierto, se trataba de una alusión al paraíso de Adán y Eva; Filippo Lippi presenta un jardín cercado que aludiría a la concepción divina e inmaculada del Hijo de Dios.