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Apoteósis de Washington

Publicado por Laura Prieto Fernández

El edificio del Capitolio en Washington, EEUU, es una de las construcciones más significativas del estilo neoclásico que tanta fama llegó a tener fuera de Europa. Cuando Estados Unidos se consolidó como nación independiente, apareció la necesidad de crear nuevos edificios institucionales que representaran el poderío de la joven nación, en este sentido fue muy común que los arquitectos volvieran sus ojos hacia la antigüedad clásica para erigir edificios de corte clasicista. Concretamente en el caso del capitolio nos encontramos ante una construcción dominada por la gran cúpula central y dos alas horizontales, una destinada al congreso y la otra al senado.

A principios del siglo XIX la construcción ya debía de estar consolidada y en ella participaron aristas como William Thornton -quien realizó el diseño original- Benjamin Henry Latrobe, Charles Bulfinch, Thomas U. Walter o August Schoenborn en intervenciones posteriores. Sin embargo, en esta ocasión no nos centraremos en la construcción sino en los espléndidos frescos que decoran la cúpula del Capitolio, uno de los lugares más visitados de toda América. En el año 1863la cúpula del Capitolio estaba completamente terminada y tan sólo dos años después se encargó al artista italiano Constantino Brumidi los frescos que decorasen el tambor de la cúpula.

En realidad, no era una intervención sencilla ya que era necesario cubrir una superficie de más cuatrocientos treinta y tres metros cuadrados de superficie a una altura de cincuenta y cinco metros de altitud. La idea original es que las figuras se pudieran apreciar desde el suelo perfectamente por lo que el artista realizó una composición en la que algunos de los personajes principales llegan a superar los cuatro metros de altura. Brumidi ya era un artista consolidado cuando recibió el encargo, había trabajado para algunos de los aristócratas más destacados de Italia e incluso para el Vaticano.

En la Rotonda del Capitolio, el tema elegido era la Apoteosis de Washington; éste fue el primer presidente de USA y en esta ocasión se le representaba transformándose en un dios rodeado de figuras mitológicas. En el círculo central se observa al presidente vestido con una túnica blanca como si fuese un dios grecorromano que el atendido por un elenco de personas. En el anillo inferior se describen diferentes escenas que van desde la guerra -una mujer ataviada con espada y escudo con los colores de EEUU, lucha contra la Monarquía y la Tiranía- hasta el comercio representado por Mercurio entregando una bolsa de dinero a Robert Morris.