Capitolio de Washington
Este posiblemente sea el ejemplo más esplendoroso de la arquitectura neoclásica en Estados Unidos. Y como no podía ser de otro modo para este estilo arquitectónico, se trata del edificio donde reside el poder de aquel país, ya que todavía en él se acogen las dos cámaras de gobierno de Estados Unidos.
Su construcción es fruto de dos fases distintas y varios arquitectos, aunque todos los trabajos principales se llevaron a cabo durante la primera mitad del siglo XIX. El proyecto inicial es obra de William Thornton, aunque posteriormente fue modificado por Henry Latrobe y Charles Bulfinch. Mientras que el aspecto de la cúpula que se ve en la actualidad ya es un diseño de Thomas U. Walter y August Schenborn, quiénes también proyectaron los espacios del Congreso y el Senado.
Todos estos arquitectos dejaron gran parte del aspecto oficialista y neoclásico de los grandes edificios de la capital estadounidense, ya que los propios William Thornton y Charles Bulfinch, construyeron no muy lejos de aquí, el Monumento conmemorativo a Thomas Jefferson, donde sí se encargaron de construir la cúpula, aunque más embutida y menos realzada que en el caso del Capitolio. Y no son estos edificios las únicas obras destacadas de esta pléyade de arquitectos, porque Bulfinch también proyecto a finales del siglo XVIII el Capitolio de Boston, o Thomas U Walter diseñó el Capitolio de Columbus.
Pero volviendo al Capitolio de la capital. Aunque es un edificio en su conjunto es amplísimo, sin duda alguna el elemento que llama más la atención y que se ha convertido en su verdadero emblema es la cúpula. Una cúpula muy elevada , majestuosa, que se alza sobre una enorme rotonda en su parte baja, y después se eleva sobre un doble tambor, ambos también muy altos y con muchas aberturas. Y por si fuera poco, sobre la cúpula semiesférica propiamente dicha, se coloca una gigantesca linterna con una enorme escultura en su cúspide.
En líneas generales toda la arquitectura del Capitolio de Washington es deudora de la arquitectura europea, especialmente de las obras neoclásicas parisinas y también es muy importante la influencia del arquitecto renacentista italiano Andrea Palladio, autor entre otros muchos edificios de Villa Rotonda.
Otras fuentes de inspiración sin duda, pueden ser la Catedral de San Pablo de Londres, o la propia cúpula de San Pedro del Vaticano, y por supuesto el propio Panteón de Agripa en Roma.
En realidad, todos estos modelos fueron la base para muchas sedes de gobierno, primero en Europa, luego en Estados Unidos y más tarde en muchos otras capitales de países y provincias de América del Sur.