Bright Jade Gold Ghost de Sam Francis
Sam Francis es un pintor estadounidense de una generación ya posterior a aquellos que iniciaron el Expresionismo Abstracto, sin embargo en su obra se pude ver como prosiguió con muchas de las técnicas y recursos empleados por aquellos. Especialmente su producción pictórica se emparenta con pintores como Jackson Pollock ya que él también utiliza los grandes formatos, así como recurre al empleo de colores intensos, no excesivamente brillantes aunque siempre bien armonizados, y sobre todo le da mucha importancia al gesto, al propio hecho de pintar, lo que evidentemente remite al Action Painting.
En ese sentido esta obra titulada Bright Jade Gold Ghost es un buen ejemplo, ya que aquí usa el típico dripping o goteo, para componer la forma a base de colores difuminados y diluídos, siempre en equilibrio, si bien utiliza una paleta mucho más amplia de colores que Pollock. Basta comparar este cuadro con uno típico de Pollock como es El bosque encantado.
Aunque también hay que decir que para Sam Francis no solo fue importante la influencia del Expresionismo Abstracto, también en su obra se puede descubrir cómo le interesaban otros movimientos artísticos contemporáneos, especialmente el Surrealismo. A esa influencia se debe su interés por los mitos raciales, entendidos como una fuente de emociones profundas de raíz universal.
De esta forma tomaba del Surrealismo los métodos realizar obras con ciertos automatismos, para trasladar a los lienzos expresiones libres y espontáneas, aunque lo cierto es que nunca llegó a ser completamente autómata en la línea de los pintores surrealistas más puros, ya que Sam Francis y otros pintores afincados en Nueva York, nunca dejaron de descuidar el propio proceso de pintar. Aún así, Sam Francis admiraba la obra del español Joan Miró, o del francés André Masson, o del chileno Roberto Matta. Y como ellos, en muchas de sus obras se impusieron rasgos surrealistas basados en las teorías del ensayista y psiquiatra Carl Gustav Jung, quién creía en la existencia de arquetipos en el subconsciente colectivo basados en mitos y símbolos antiguos, ancestrales, que pintores como Sam Francis usaba para plasmar en sus obras experiencias universales.