Ninie de Picabia
A lo largo de sus cincuenta años de creación artística, el pintor francés Francis Picabia (1879 – 1953) se autorretrató en decenas de ocasiones, tanto caricaturizándose como en diferentes actitudes. Entre ellos destaca esta obra en la que se pintó a sí mismo en el año 1942 acompañado de ese pequeño perrillo llamado Ninie.
No es extraño que se pintara acompañado de esa mascota, porque era un gran amante de animales, y más que de los perros era un entusiasta de los felinos y concretamente de los gatos, a los que dedicó varias obras.
Lo cierto es que Francis Picabia pintó desde animales hasta máquinas o retratos de andaluzas o monstruos. Y es que su amplia producción pictórica sólo se puede definir con una palabra: libertad.
Ya que sus obras abarcan diferentes estilos de las vanguardias de las primera décadas del siglo XX. Lo mismo tiene obras de características impresionistas o fauvistas, que otras que se adentran en las formas del cubismo, el orfismo, el arte abstracto, el surrealismo o el dadá. Y además hay historiadores del arte que lo han definido como uno de los grandes precursores de otros estilos como el hiperrealismo e incluso el Pop Art.
De semejante listado de tendencias artísticas se desprende que Picabia pintó en cada ocasión como a él le apetecía sin seguir a ningún grupo de vanguardia en concreto, y tomando de todos ellos, aquello que le parecía más interesante. Es decir, es uno de los grandes representantes de lo que se ha denominado “la libertad en el arte”. Tal vez en este sentido, una frase suya es lo que mejor le define: