Cena de Acción de Gracias de Norman Rockwell
Este óleo pintado sobre lienzo en el año 1943 es una obra extraordinariamente popular en Estados Unidos, donde su autor Norman Rockwell alcanzó una enorme popularidad a lo largo de toda su vida. Una vida muy larga, ya que nació en Nueva York en 1894 y falleció en 1978 en la localidad de Stockbridge del estado de Massachusetts.
Es precisamente en el Norman Rockwell Museum de Stockbridge donde se conserva este cuadro original, pero lo cierto es que la imagen se ha reproducido infinidad de veces.
De hecho, Rockwell fue pintor, pero sobre todo fue un ilustrador que trabajo tanto en la publicidad como en medios impresos, especialmente en la revista Saturday Evening Post, para la que realizó dibujos desde joven en 1918 hasta su plena madurez en 1963.
Es decir, realizó una labor principalmente de ilustrador, un ilustrador tremendamente conocido en su país, tanto que en más de una ocasión se le llegó a comparar con Walt Disney.
El cuadro fue muy conocido en la época ya que formaba parte de un grupo de obras llamada Las 4 Libertades. Entre ellas aparecía esta escena que representaba una escena de lo más familiar siguiendo el festejo tradicional de la cena de Acción de Gracias. Y con ello se representaba la Libertad de desear.
Para ello usa una escena familiar, en la que están representadas varias generaciones, que se han reunido todos para comerse el tradicional pavo recién salido del horno. O sea, una estampa que no puede ser más típica, y a la que todos acuden con mucha felicidad y muchos deseos de disfrutar de esos momentos.
Esta libertad era junto a las libertades de temer, de expresión y de credo, uno de los cuatro derechos fundamentales a los que había aludido el presidente Franklin D. Roosvelt en un famoso discurso pronunciado en 1941. El mismo año en el que Estados Unidos iba a entrar de lleno en la Segunda Guerra Mundial tras el bombardeo sufrido en Pearl Harbour.
Pues bien, embebido de ese espíritu patriótico, Rockwell realizó una imagen alusiva a cada una de esas cuatro libertades. Y con esas escenas se imprimieron infinidad de posters destinados a recaudar dinero para el ejército. La campaña fue de un éxito contundente, ya que se llegaron a conseguir más de 100 millones de dólares para sufragar los gastos del ejército de la guerra.
Y por supuesto, Rockwell que ya gozaba de prestigio y fama, se convirtió en un pintor muy conocido y cotizado.
Sin embargo, este artista sufrió a lo largo de toda su vida de fuertes depresiones y cierto complejo de inferioridad respecto a otros artistas del siglo XX integrados en diferentes movimientos de vanguardia.
Rockwell seguía a muchos de ellos, especialmente a algunos compatriotas representantes de la corriente del Expresionismo Abstracto, como por ejemplo Jackson Pollock, al cual admiraba profundamente. Y sentía que él se había quedado atrasado con su pintura figurativa y con un arte como el de la ilustración que muchos tildaban casi de antigüedad. No obstante, es innegable su popularidad en su país, incluso en la actualidad.