Las Tres Gracias de Baldung Grien
Esta obra de Las Tres Gracias del pintor y grabador alemán Baldung Grien también se conoce como La Armonía. Aproximadamente la realizaría entre los años 1541 y 1544, es decir en plena madurez de este artista, ya que tan solo un año después moriría.
Se trata de una de sus obras más emblemáticas y donde se ven algunas de las características prototípicas de este pintor. Vemos unas figuras de mujer perfectamente modeladas y desnudas, un tema habitual en su obra. Pero al mismo tiempo carga esos cuerpos, gestos y rostros de tanto simbolismos y alegorías que acaban siendo pinturas complejas.
Tanto es así que se duplican los títulos y las interpretaciones. No obstante, en este caso parece quedar claro que se trata de las Tres Gracias, una representación mitológica milenaria, ya que se remonta a tiempos de la Grecia clásica y preclásica. Y a partir de entonces se ha representado en infinidad de ocasiones, desde la Antigüedad hasta nuestros días, con imágenes de las Tres Gracias pintadas por Salvador Dalí, por ejemplo.
E incluso hay pinturas o esculturas de las Tres Gracias que han alcanzado enorme popularidad, como pueden ser las de Rubens, las de Rafael o las del escultor Antonio Canova. Y desde luego en los tiempos de Baldung Grien fue un tema habitual, como así lo demuestran las representaciones de su compatriota y contemporáneo Lucas Cranach, quién también se inspiró en los relatos clásicos para pintar obras como La Edad de Oro.
El caso es que aquí el artista nos las presenta de un modo muy personal, ya que realmente parecen seres fantásticos bajo la luz de la luna. Una de ellas está leyendo y las otras dos miran hacia la derecha. Además de ellas se ven tres amorcillos, un cisne, partituras e instrumentos, dada la vinculación de estas gracias con la música y el baile. De hecho, a lo largo de la historia son muchas las representaciones de estas mujeres jóvenes en las que aparecen bailando, generalmente desnudas.
Pero, ¿qué se representa en Las Tres Gracias? Se trata de unos personajes que aparecen en la Teogonía escrita por el literato griego Hesiodo. Y las Gracias, son Aglaya, Eufrósine y Talía, o lo que es lo mismo, la belleza, la alegría y el ardor. Y sus atributos respectivos son las rosas, el mirto y el dado del juego.
Solían acompañar a Afrodita, Eros y Apolo en el Olimpo. Todas ellas eran hijas de Zeus y su función era presidir los banquetes y los eventos más placenteros. Aunque sus funciones no solo se vinculaban con la alegría de vivir, también se les adjudicaba el poder de otorgar sabiduría, elocuencia e incluso genialidad a los artistas (tal vez por eso las ha representado tanto a lo largo de la historia.