Arte
Inicio Pintura, Vanguardias Artísticas del siglo XX El problema con el que vivimos de Norman Rockwell

El problema con el que vivimos de Norman Rockwell

Publicado por A. Cerra

El problema con el que todos convivimos de Norman Rockwell

Este cuadro del ilustrador norteamericano Norman Rockwell retrata un momento histórico de ese país. Fue en noviembre de 1960, cuando la niña Ruby Bridges se convirtió en la primera escolar negra que entraba en una escuela de primaria reservada para blancos en la ciudad de Nueva Orleans.

Toda un reto al racismo imperante en aquella época, tanto que tuvo que acudir escoltada por cuatro federales para protegerla. Estos cuatro agentes de la ley están perfectamente identificados en esta tela, si bien carecen de rostro. La única figura entera es la niña, la protagonista de este suceso histórico dentro de la lucha por los derechos civiles de los años 60.

En realidad, Rockwell (1894 – 1978) era un cotizado ilustrador que hizo centenares de dibujos para publicaciones como el periódico Saturday Evening Post con el que colaboró durante casi 50 años. Así como para otros medios, desde Look hasta la revista oficial de los Boy Scouts. Es decir, que junto a J. C. Leyendecker es uno de los grandísimos ilustradores del siglo XX en Estados Unidos.

De hecho, a Rockwell le gustaba definirse como un contador de historias, más que como pintor o ilustrador. Y ciertamente su especialidad fueron los temas más costumbristas, con su famosa imagen de la Cena de Acción de Gracias a la cabeza. Pero también tuvo su faceta más crítica y profunda, y a ella pertenece este cuadro que pintó en 1964, cuatro años después de que ocurrieran los hechos reflejados.

Así que tuvo recrear la escena, para lo cual contó con la hija de unos amigos de la familia, con el jefe de policía de Stockbridge, la ciudad donde vivía, y otros tres agentes de Boston. Y con la niña pudo hacer que posara varios días, pero eso no fue posible con los adultos. De manera que se hizo fotos a sí mismo caminando para poder estudiar los movimientos.

Y por supuesto se imaginó como pudo ser aquella escena con la gente lanzando cosas, como el tomate que hay aplastado en la pared o gritándole nigger, (negra) a la niña. Aún así ella va erguida y mirando al frente, con una ropa absolutamente limpia, blanca e inmaculada, y armada con su cuaderno y sus lápices para afrontar el futuro. De hecho, tal vez podría pensarse que la muchacha tendría que estar en el centro de la tela para protagonizarla por completo. Pero no es así, ni hace falta. El artista la ha pintado ligeramente hacia la izquierda, lo cual refuerza el mensaje de que está avanzando.

Una obra propia de su tiempo, con gran simbolismo y mensaje, por lo que es una de las joyas del Norman Rockwell Museum de Stockbridge, Massachusetts.