Chico Malo de Eric Fischl
Esta pintura realizada por Eric Fischl en el año 1981, es un magnífico exponente del arte de este creador que nos muestra bajo una apariencia realista las imágenes más íntimas de la sociedad de Estados Unidos. Y siempre hay una importante carga sexual en sus escenas, en muchas ocasiones rozando la obsesión y hasta la perversión en ocasiones. Sin embargo, su carácter realista se ve contrarrestado por el tipo de iluminación que envuelve todo, que parece llevarse la realidad a otro lugar. Quizás eso se deba a su proceso creativo, ya que generalmente se inspira en fotografías realizadas por él mismo o por otra persona.
De hecho es típica esta iluminación basada en una peculiar paleta de colores, donde no faltan los ocres sucios y grisáceos, unidos a los pardos y los azules oscuros que suelen dominar muchos de sus cuadros junto con sombríos verdes botella o verdes azulados.
Pero lo más característico es su punto de vista de voyeur, como en esta escena del Chico Malo, que él mismo es un voyeur mirando a la mujer desnuda, pero que también aprovecha para robarle en el bolso.
Lo cierto es que juega con esas perversidades mironas, e invita al espectador a participar en ellas, para acabar consiguiendo que nos confesemos a nosotros mismos que también nos gusta contemplar a escondidas esas intimidades con una importante cantidad de morbo.
En muchas ocasiones, esas escenas las muestra con el punto de vista del inmigrante y también del muchacho. Y si al principio, este pintor nacido en Nueva York en 1948 integra en la escena a ese inmigrante o el muchacho para hacer que el espectador se sienta identificado, lo cierto es que con el paso del tiempo va desapareciendo esas figuras, que hacen de intermediarias, y ya plantea que tanto el pintor como el espectador son auténticos voyeurs.
Aunque a veces su intención puede ser más de denuncia, como medio de mostrar algunas de las desvirtuaciones morales que él observa en la sociedad de su tiempo y de su país.
En definitiva, son pinturas muy propias de la sociedad estadounidense de la segunda mitad del siglo XX donde abundan este tipo de neurosis y traumas, muchos de ellos de origen infantil. Y desde luego para este tipo de juegos visuales, el estilo que mejor puede cuadrar son las formas que tienden al realismo, ya que así se pueden plantear tanto imágenes muy implícitas, como insinuantes y rebosantes de morbosidad. Sin embargo a nadie se le ocurriría catalogar el arte de Eric Fischl como simplemente realista, y los estudiosos del arte contemporáneo lo integran dentro de la corriente postmosderna, y lo mismo ven influencias de artistas americanos, con Edward Hopper a la cabeza, que ven la huella del Expresionismo alemán o de otro gran artista del siglo XX como es Lucien Freud.