Arte

Ciencia y Caridad, Picasso

Publicado por Laura Prieto Fernández

Ciencia y Caridad se ha convertido en una de las obras más alabadas de la primera época artística de Pablo Ruiz Picasso (1881 – 1973). Procedente de una familia de artistas su primera incursión en el mundo de la pintura fue de la mano de su padre aunque posteriormente pasará a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y a la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, sin embargo el talento artístico del pintor se desarrollará de una manera autónoma.

Picasso

En realidad el talento artístico del malagueño tiene más bien una formación autodidacta que vinculado a cualquier institución. Las formas academicistas imperantes en las Escuelas Oficiales pronto fueron rechazadas por Picasso quien buscaba una mayor autonomía en la creación. Su obra pasó por diferentes etapas hasta vincularse con el movimiento cubista y ser uno de los padres de esta vanguardia artística junto con Braque o Juan Gris.

Ciencia y Caridad fue la última gran obra que Picasso realizó vinculada a la estética academicista. Pintada en 1897 el lienzo cosechó un buen número de éxitos; aquel mimo año obtuvo una Mención Honorífica en la Exposición General de Bellas Artes de Madrid y en su Málaga natal recibió por el mismo lienzo la Medalla de Oro de la Exposición Provincial, todo un acierto para un pintor que, en aquel momento, tan sólo contaba con diecisiete años.

La temática del lienzo es una escena de género que en el siglo XX vino a sustituir en los círculos oficiales la tradicional pintura de historia tan popular en el siglo anterior. En ella se pone de manifiesto tanto el avance de la Medicina, una tendencia en boga durante aquellos años como el carácter filantrópico de la nueva sociedad.

Se trata de una escena de interior donde dentro de una oscura habitación aparece la figura de un doctor tomando el pulso a su paciente y consultando su reloj de mano, parece ser que el modelo que Picasso escogió para representar al médico fue su propio padre, el también pintor José Ruiz Blasco. En la cama una mujer enferma es atendida por el médico, su rostro se muestra delgado y afectado por la enfermedad, sin embargo la mujer parece más preocupada por el pequeño niño que sostiene la monja que por sí misma.

Así el artista presenta la perfecta combinación que debía regir en los centros hospitalarios de la época: la ciencia representada por el médico y la Caridad a los enfermos que representa la religiosa. Ambos unidos bajo un mismo propósito, aliviar al paciente.

El artista ha sabido captar a la perfección el ambiente recargado de la estancia que invita al descanso y el recogimiento a través de una luz que es tenue y completamente artificial, y una gama cromática oscura en la que destaca sobremanera la palidez de la enferma.

En la actualidad el lienzo se conserva en el Museo Picasso de Barcelona junto con seis dibujos preparatorios que demuestran el concienzudo trabajo del artista para preparar la composición de su obra.