Desnudo sobre el diván rosa de Kisling
Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo realizada por Moïse Kisling en el año 1918, y que en la actualidad es parte de la colección del museo del Petit Palais en la ciudad suiza de Ginebra.
Este pintor nació en Cracovia (Polonia) en el año 1891, pero pronto emigraría hasta París, por aquel entonces el centro artístico más activo e importante del mundo. Allí se estableció y creó un taller que se convirtió en un punto de encuentro para diferentes pintores y artistas en general, ya que se trataba de una persona muy jovial, social y generosa, que entre otros muchos contó con la amistad de Chaïm Soutine o Amedeo Modigliani.
De todos aquellos que pasaron por su estudio de pintura tomó influencias. Sirva de ejemplo en el que nos muestra una mujer desnuda, una tela en la que se pueden rastrear algunas similitudes con obras del pintor italiano Modigliani.
Nos presenta a la mujer en la actitud de otros muchos desnudos de la Historia del Arte, es el tipo que se llaman “venus”. Y si bien, él realiza este desnudo con el tratamiento pictórico propio del momento en el que más efervescentes están las diversas vanguardias de comienzos del siglo XX, lo cierto es que el tema no es nada novedoso y en idéntica postura se pueden encontrar de distintas épocas y estilos, desde la Venus de Urbino obra de Tiziano hasta la Olimpia de Manet, pasando por la Maja desnuda de Goya.
También su contemporáneo y amigo Amedeo Modigliani pintó desnudos femeninos en posturas muy similares herederas de las tradicionales “venus”, aunque el estilo de Kisling es bastante distinto de los rasgos formales del italiano. Los desnudos del pintor de Cracovia no buscan la síntesis que buscaba Modigliani. En realidad, las obras de Kisling carecen del dibujo típico de Modigliani, ni tienen su claridad formal, ni su pureza de estilo. Aquí todo es colorido y luz para lograr expresividad.
De hecho las amplias zonas de luz estructuran la obra y ponen de relieve los diversos elementos que la conforman, entre los que destaca el luminoso y volumétrico cuerpo de la mujer, cuya carnosidad todavía llama aún más la atención teniendo como fondo los ardientes tonos rojizos de la pared de la habitación, de los cojines y del terciopelo del diván. Y como contrapunto está el color claro con decoraciones en azul del plato en primer plano, que como si fuera un peculiar bodegón que nos presenta dos frutos, también de colores rojos.
En definitiva, este Desnudo sobre diván rosa es una de sus obras más afamadas y típicas de su estilo para realizar desnudos, posiblemente el tipo de pinturas con el que más se identificó hasta su muerte en un pueblo costero de la Provenza, al sur de Francia, en el año 1953. Si bien, no solo pintó desnudos femeninos, también es bastante amplio su repertorio de retratos, así como de paisajes. De todo ello se puede encontrar cumplida muestra en el museo del Petit Palais de Ginebra, donde se salvaguarda la mayor parte de su obra.