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El Quijote de Antonio Saura

Publicado por A. Cerra

Don Quijote y Sancho Panza de Antonio Saura

Antonio Saura (1930 – 1998) es uno de los pintores españoles más valorados en la segunda mitad del siglo XX por la tremenda fuerza visual que tienen sus cuadros como El Grito. Unas obras que se pueden integrar dentro del estilo del Expresionismo Abstracto. Pero además por sus cuadros, Saura hizo un buen número de ilustraciones para obras literarias.

Hoy os vamos a hablar de los casi dos centenares de dibujos que hizo en 1987 para ilustrar el Quijote de la Mancha. Pero no solo ilustró la gran obra de Miguel de Cervantes, también en algún momento de su trayectoria hizo los dibujos para otras obras, algunas contemporáneas como La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y otra para autores del pasado como Francisco de Quevedo. Aunque no solo se centró en autores españoles. También ilustró obras de Kafka, el 1984 de Orwell y hasta el cuento más célebre del italiano Carlo Collodi, o sea, Pinocho. Por cierto para esta obra usó el color, un color vivo y brillante, cuando por regla general Saura tan solo usa el blanco, el negro e innumerables grises.

Por ejemplo, en sus dibujos del Quijote usa esos tonos, a veces en acuarelas y con masas de color, pero en ocasiones solo con trazos. Como en la ilustración que vemos aquí. Nos presenta a los dos protagonistas, el Quijote y Sancho, aunque en un orden de lectura, contrario al habitual, ya que leyendo de izquierda a derecha al primero que vemos el perfil orondo de Sancho.

Es un dibujo muy caligráfico, solo compuesto por líneas que mezclan un mensaje claro para identificar a los dos personajes, pero también la maraña de trazos que van enredando todo.

Lo cierto es que cuando Saura recibió el encargo de ilustrar el gran libro de Cervantes, tuvo cierto respeto hacia a la hora de iniciar su trabajo. El encargo era de una editorial muy potente y popular, así que serían muchas las personas que tendrían acceso a su trabajo. Si bien lo que más le preocupaba era el aprecio que le tenía a un libro de incuestionable valor literario, una de las obras cumbre de la literatura mundial. Y además no se le pasaba por alto que muchos otros artistas antes que él se lanzaron a su ilustración. Gente como Gustave Doré, Honoré Daumier, Salvador Dalí o el propio Picasso, entre otros.

Así que le costó comenzar el trabajo. Incluso se cuenta que hizo un viaje por La Mancha buscando la inspiración. Pero no le llegó y al final decidió ir dibujando solo sobre los pasajes que más le emocionaban y motivaban. Lo cual al final resultó que eran muchos, ya que hay hasta 200 escenas distintas.