Estancia Constantino (I parte)
Las conocidas como Estancias Vaticanas o Estancias de Rafael, son uno de los proyectos más ambiciosos llevados a cabo durante la etapa renacentista. Se trata de la decoración de cuatro habitaciones ubicadas en la segunda planta del Palacio Papal del Vaticano, tan sólo la importancia del comitente ya hacía de ésta una de las obras más deseadas por cualquier de los pintores renacentista de la época. El encargo fue a parar a uno de los máximos representantes de la corriente clasicista, un artista cuyas obras han sido valoradas y afamadas a lo largo de la historia, Rafael de Sanzio.
Julio II encargó al artista de Urbino la redecoración de las habitaciones que en otros tiempos habían pertenecido al papa Alejandro VI y que estaban decoradas con pinturas murales de artistas del Trecento italiano. El gusto del nuevo papa, mucho más moderno y arriesgado pretendía hacer de las Estancia una obra de referencia en su tiempo. Rafael comenzó a trabajar en las Estancias en el año 1508 y en el año 1513, con la muerte de Julio II el nuevo papa León X las obras siguieron adelante. En el año 1520 el artista fallecía a los treinta y siete años de edad sin haber acabado las obras del Vaticano, fue entonces cuando los discípulos más sobresalientes de su taller se hicieron cargo de completar el encargo siguiendo las directrices marcadas por su maestro pero que sin embargo otorgaron a los frescos un estilo más manierista, menos clásico y proporcionado y en donde se hacen visibles las nuevas formas del Cinquecento.
En esta ocasión nos centraremos en la Estancia de Constantino, la última de las cuatro Estancias en ser decorada y la que contaba con mayor tamaño al estar destinada a las recepciones oficiales. Como ya hemos señalado, los diseños principales son obra de Rafael pero la ejecución de los mismos corrió a cargo de los artistas Giulio Romano, Raffaellino y Gianfrancesco Peni.
Tradicionalmente la obra ha contado con menos expectación que sus compañeras por no ser de la mano de Rafael sin embargo los frescos que aquí encontramos también son de gran calidad –Giulio Romano será uno de los artistas más destacados de los años posteriores- . La obra hace referencia al triunfo de la iglesia católica sobre los paganos de modo que los cuatro frescos que decoran las paredes narran las principales escenas de la vida de Constantino, el primer emperador romano que adoptó de manera oficial la religión católica. Sin embargo y como venía siendo usual con el fin de potenciar la figura del comitente, en todas las escenas la figura de Constantino adquiere los rasgos fisionómicos del comitente, en este caso de Clemente VII.
En la Estancia de Constantino podemos encontrar los frescos de La Visión de la Cruz, La Batalla de Constantino contra Majencio, El momento del Bautismo de Constantino y por último la conocida como la donación de Roma o La donación de Constantino. Por último debemos señalar como la bóveda que hoy cubre la estancia no es original, en su tiempo la cubierta era adintelada de madera y la bóveda que hoy observamos dataría de finales del XVI.