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Arco de Constantino

Publicado por A. Cerra
Arco de Constantino

Arco de Constantino

Este es uno de los grandes arcos de triunfo que se conservan de la Roma Imperial. El lugar donde se originaron este tipo de construcciones que con el paso de los siglos llegaron a prácticamente cualquier lugar del planeta, si bien quizás el más famoso de todos ellos sea el Arco del Triunfo de la Estrella en París.

Pero muchos siglos antes se construyeron los primeros en Roma, y se trata de arcos que no eran una puerta, ni estaban anexos a una muralla o construcción semejante. Era construcciones independientes que se construían con el objetivo de conmemorar una victoria militar y al general o gobernante que la dirigió.

En este caso, el Arco de Constantino, obviamente se construyó en honor del Emperador Constantino I el Grande, y el motivo fue homenajearle por la victoria en la Batalla del Puente Milvio que tuvo lugar en el año 312.

Unos años después, concretamente en el 315 ya estaba construido este arco, ubicado en las proximidades del Coliseo y en la vía que unía ese lugar con la colina del Palatino. De hecho, el arco se encuentra en la que era la Via Triumphalis por la que pasaban los generales vencedores de las batallas y donde también se conservan las otras dos construcciones de este tipo que han llegado hasta nuestros días: el Arco de Tito y el Arco de Septimio Severo. De los tres, el de Constantino es el más moderno.

Tiene unas dimensiones considerables ya que alcanza los 21 metros de alto, con una base de 25 x 7 metros. No se trata de un único arco, sino que son tres, siendo el central prácticamente el doble de alto y de ancho que los laterales.

Toda la base del monumento se realizó con bloques de mármol, mientras que la parte más alta es de ladrillo, a los que se incorporaron remates marmóreos. Y es que se piensa que gran parte de este arco reutilizó materiales de monumentos anteriores.

Como curiosidad decir que en uno de los dos lados del arco, el que mira hacia el Palatino, hay una pequeña puerta que comunica con una escalera interna formada en el espesor del arco.

Ya hemos dicho que este tipo de construcciones tenían un valor conmemorativo, por ello abundaban las inscripciones explicativas que originalmente estarían remarcadas con letras de bronce. El recubrimiento de metal no ha llegado hasta nuestros días, pero todavía puede leerse aquí la leyenda laudatoria que se le dedicaba al emperador Constantino. Y esas inscripciones se ven refrendadas por abundantes relieves de carácter laudatorio.